Aspectos del ejercicio en la altitud
Metabolismo energético
La hipoxia en altitud puede aumentar la dependencia de los carbohidratos como fuente de energía en lugar de las grasas.
La actividad física en altitud puede aumentar la demanda de energía del cuerpo para mantener la temperatura corporal, lo que puede aumentar aún más la dependencia de los carbohidratos como fuente de energía.
La adaptación a la altitud puede mejorar la capacidad del cuerpo para utilizar las grasas como fuente de energía durante la actividad física en altitud.
Efectos en capacidades físicas
Flexibilidad
El entrenamiento en altitud no tiene una gran influencia en la flexibilidad, ya que esta capacidad motriz se relaciona más con la elasticidad de los tejidos musculares y conectivos, así como con la movilidad articular
se debe prestar atención a la prevención de lesiones musculares y articulares, especialmente en entornos de alta montaña, donde el riesgo de lesiones aumenta debido a la naturaleza del terreno.
Velocidad
El entrenamiento en altitud puede provocar una disminución en la velocidad debido a la menor disponibilidad de oxígeno y la producción de ácido láctico, lo que reduce la capacidad de los músculos para producir energía.
el entrenamiento en altitud puede provocar una mejora en la velocidad en atletas de resistencia de alta calidad debido a las adaptaciones a nivel neuromuscular y metabólico que se producen durante el entrenamiento.
Resistencia
Debido a la menor disponibilidad de oxígeno en altitud, el cuerpo se ve obligado a aumentar la producción de glóbulos rojos, lo que mejora la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno y nutrientes a los músculos
el entrenamiento en altitud puede provocar una mayor capacidad de resistencia, tanto aeróbica como anaeróbica.
Fuerza
provocar una disminución en la fuerza debido a la menor disponibilidad de oxígeno y la producción de ácido láctico, lo que reduce la capacidad de los músculos para producir fuerza máxima
El entrenamiento en altitud puede provocar una mejora en la fuerza muscular debido a las adaptaciones a nivel neuromuscular y metabólico que se producen durante el entrenamiento.
Temperatura corporal
La actividad física en altitud puede aumentar la temperatura corporal debido al esfuerzo físico y la menor disipación del calor debido a la menor presión atmosférica.
La hipoxia en altitud también puede provocar una reducción en la capacidad del cuerpo para regular la temperatura corporal, lo que puede aumentar aún más la temperatura corporal durante la actividad física.
La hidratación adecuada y la regulación de la exposición al sol pueden ayudar a mantener una temperatura corporal adecuada durante la actividad física en altitud.
Funciones musculares
La hipoxia en altitud puede provocar una disminución en la capacidad de los músculos para producir energía y trabajar eficientemente.
La actividad física en altitud puede aumentar la producción de ácido láctico en los músculos, lo que puede provocar fatiga muscular y reducir la fuerza y la resistencia.
La adaptación a la altitud puede mejorar la capacidad de los músculos para producir energía y trabajar eficientemente durante la actividad física en altitud.
Funciones respiratorias
La hipoxia en altitud puede provocar una mayor dificultad para respirar y una reducción en la cantidad de oxígeno disponible para los músculos activos.
La adaptación a la altitud puede mejorar la capacidad del cuerpo para tomar oxígeno del aire y transportarlo a los músculos activos, lo que puede mejorar la función respiratoria durante la actividad física en altitud.
La respiración adecuada y la regulación del ritmo respiratorio pueden ayudar a mejorar la capacidad respiratoria durante la actividad física en altitud.
Funciones cardiovasculares
La hipoxia en altitud puede provocar un aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial para compensar la falta de oxígeno.
La actividad física en altitud puede aumentar la demanda del corazón y los vasos sanguíneos para proporcionar oxígeno y nutrientes a los músculos activos, lo que puede aumentar el gasto cardíaco y reducir la resistencia vascular periférica.
La adaptación a la altitud puede mejorar la capacidad del corazón y los vasos sanguíneos para transportar oxígeno y nutrientes, lo que puede mejorar la función cardiovascular durante la actividad física en altitud.
