realizată de Romulo Ahumada 4 ani în urmă
2038
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La religión incaica fue un grupo de creencias y ritos que iban relacionados con un sistema biológico evolucionando desde las épocas preincaicas hasta el
Tahuantinsuyo. La fe en el Tahuantinsuyo se manifestaba en cada aspecto de su vida, su trabajo, festividades, ceremonias, etc. La población del Tahuantinsuyo no tenía un concepto abstracto de Dios y no había palabra que lo definiera. Eran politeístas y existieron divinidades de carácter local, regional y pan-regional. El vocablo «camaquen» definía a la fuerza vital que animaba todo cuanto existía en la tierra; según la fe del Tahuantinsuyo, los seres vivos y muertos tenían «camaquen», inclusive los cerros, piedras, lagunas y demás seres sagrados tenían un «camaquen». Esto no pudo ser entendido por los colonizadores que emergieron espontáneamente, en consecuencia no existía un dios creador; este concepto vino a surgir luego de la colonización europea, fueron los sacerdotes católicos quienes identificaron a Wiracocha como el «dios creador» pero como adaptación al catolicismo.
ERAN PERSONAS PRISIONESROS DE GUERRA QUE SE PONÍAN AL SERVICIO DEL INCA EN CONDICIÓN DE SERVILES.
GRUPO DE FAMILIAS QUE SE TRASLADABAN A OTROS TERRITORIOS COLONIZADOS PARA DIFUNDIR LA RELIGIÓN, EL IDIOMA QUECHUA Y OTRA COSTUMBRES INCAICAS.
LA NOBLEZA DE PRIVILEGIO ESTABA CONFORMADO POR LAS PERSONAS MUY DESTACADAS QUE ASCENDÍAN A ESTE GRUPO POR SUS EXTRAORDINARIOS MÉRITOS.
LA NOBLEZA DE SANGRE FUE EL GRUPO INTEGRADO POR LOS FAMILIARES CONSANGUÍNEOS DE LOS INCAS.
LAS PANACAS ERAN LOS GRUPOS DE FAMILIAS DE LOS INCAS GOBERNANTES.¿, ES DECIR CADA INCA GOBERNANTE TENÍA SU PANACA QUE POR LO GENERAL TAMBIÉN RESIDÍAN EN EL CUSCO.
LA COYA ERA LA ESPOSA PRINCIPAL DEL INCA, CUMPLIA LABORES RELIGIOSAS Y RESIDÍA EN EL CUSCO.
EL INCA COMO MÁXIMO GOBERNANTE SE UBICABA EN LA CÚSPIDE DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL.
LA MITA
LA MITA, La mita era un sistema de trabajo comunitario a favor del Estado Imperial del Tahuantinsuyo, donde se movilizaban multitudes de personas a trabajar por turno en labores de construcción de caminos, puentes, fortalezas, centros administrativos, templos, acueductos, explotación de minas, etc.7
Existía una mita para servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes, los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, más no las mujeres, cuya edad estaba entre los 18 y 50 años.
LA MINKA
LA MINKA, La minka (mink'a o minga en quechua, minca del quechua
minccacuni «solicitar ayuda prometiendo algo») es una tradición incaica de trabajo comunitario o colectivo voluntario con fines de utilidad social, o de carácter recíproco donde concurrían muchas familias portando sus propias herramientas y alimento. Las familias participaban en la construcción de locales, canales de riego, fortalezas, minas, cultivo de tierras estatales, así como la ayuda en la chacra de las personas incapacitadas, huérfanos y ancianos. Cuando el ayllu convocaba al trabajo de la minka, y las personas que no asistían al trabajo eran expulsados del ayllu.
EL AYNI
EL AYNI, Era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni
consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, y en retribución se servían comida y bebida durante los días que se realizaba el trabajo. Esta tradición continúa en muchas comunidades campesinas del Perú, ayudándose en las labores de cocina, pastoreo y construcción de viviendas.
Hablar de agricultura en el Perú es remontarse a por lo menos 10 mil años, tiempo en el cual nuestros antepasados empezaron a cultivar diversas plantas que encontraron en sus territorios, dándose inicio con ello a un larguísimo proceso de domesticación de especies de flora, que continúa hasta el día de hoy.
El manejo del que fueron objeto las plantas durante su domesticación, permite que hoy podamos contar con especies de gran valor nutritivo adaptadas a los variados pisos ecológicos peruanos y a muchos otros de todo el mundo.
En el proceso de domesticación la mujer andina sigue desempeñando un importante rol, seleccionando y cuidando las semillas para futuras siembras, habiéndose convirtido, a través de los siglos, en una fitomejoradora natural, especialista en el manejo de las semillas. Con el correr del tiempo los antiguos peruanos fueron desarrollando mayores conocimientos y tecnologías acerca del cultivo de plantas, con lo cual la agricultura se convirtió en la principal actividad, sustentando toda la vida económica del gran imperio del Tahuantinsuyo. Tal es el caso de las andenerías de Moray, en el departamento de Cusco, que se presume ha sido un centro experimental para el manejo de las especies silvestres.
Gracias al valioso y tesonero esfuerzo de domesticación de las plantas, el Perú hoy día cuenta con un arsenal de especies alimenticias y medicinales que nutren y curan a los pobladores. Este botiquín y despensa natural está conformado por más de 4,400 plantas oriundas utilizadas para muchos propósitos como la medicina natural, la gastronomía, la cosmética, la industria y la exportación de productos orgánicos de gran demanda en el mundo. Entre las principales plantas alimenticias que se cultivaron en el Perú tenemos: Granos como maíz, quinua, kiwicha y kañiwa; Leguminosas como tarwi, frijol ñuña, pallar y pajuro; Tubérculos como papa, oca, olluco y mashua; Raíces como achira, maca, camote y yacón; Cucurbitáceas como zapallo y caigua; Condimenticias como ají y rocoto; y Frutas como aguaymanto, chirimoya, papaya, lúcuma, pepino dulce, tomate y pacae; y muchas otras que son parte de nuestra biodiversidad.
La tenencia de la tierra era un derecho que los pobladores tenían por pertenecer a un determinado grupo étnico. Los curacas repartían la tierra de acuerdo a las necesidades de los individuos y sus familias. La unidad de medida era el «tupu», pero las dimensiones del «tupu» podían variar de acuerdo al rendimiento de la tierra. De acuerdo a esto una unidad doméstica recibía 1 1/2 tupu, al nacer un hijo varón se les asignaba un tupu adicional y si nacía una mujer se les asignaba 1/2 tupu adicional; si los hijos se casaban, los tupus adicionales se les retiraba a la familia.
Algunos cronistas indican que el reparto de las tierras era anual, Guamán Poma señala que ese reparto se realizaba después de la cosecha en el octavo mes del
y que esa actividad recibía el nombre de «chacraconacuy» (esto correspondía a los meses de julio y agosto). John Murra señala que esta ceremonia anual era una ceremonia de reafirmación de las tierras y que existía una continuidad en la tenencia de la tierra por parte de cada familia. La ceremonia del «chacraconacuy» contemplaba la fertilización de la tierra, la limpieza y reparación de canales y acequias así como sacrificios a la «
».
En las crónicas se señala que luego de una conquista la tierra y el ganado eran declarados «propiedad del estado» y que luego eran cedidos a las poblaciones conquistadas. En realidad la tenencia de la tierra luego de una conquista era condicionada por la riqueza y los recursos que existían en ese territorio. Por lo general, a los productores de tubérculos se les dejaba continuar con la posesión de sus tierras; en cambio a los grupos productores de maíz y coca, era común que se les expropiara sus tierras para dedicarlas al estado o a los cultos, teniendo en cuenta que esta producción era especialmente importante para la religión incaica.
Se ha documentado que en Chincha, por cada «huaranca» (mil unidades domésticas) se tomaba 1 chacra. En otros casos los Incas ampliaron la frontera agrícola (construyendo andenes y canales) para tomar esta ampliación a nombre del estado, luego estas tierras eran trabajadas por el grupo étnico conquistado. Otra modalidad fue colocar mitmakunas en las colonias del grupo étnico conquistado, como sucedió con los Lupaka.
Existió una marcada diferenciación entre las tierras del estado y las destinadas al culto, éstas eran administradas independientemente y sus cosechas eran almacenadas por separado. Inti, Mamaquilla, Chuquiilla, Pachamama tenían tierras asignadas a su culto, así como también los santuarios de los antepasados míticos como Huanacaure; además el estado, en muchos casos, asignó tierras a las deidades de las etnias conquistadas. La mano de obra para el trabajo de las tierras estatales y de culto se obtuvo de la mita.
LA ORFEBRERÍA, La tradición orfebre también ocupó un lugar importante en la cultura inca. Trabajaron el cobre, el bronce, la plata y el oro, utilizando técnicas de repujado y calado. Los motivos más comunes eran geométricos y también aparecen frecuentemente figuras zoomorfas y antropomorfas relacionadas con la mitología. Entre los objetos orfebres comunes, adquirió una gran expansión, el alfiler usado para sujetar las túnicas, que se difundió hasta más allá de los confines del imperio.
ARTE TEXTIL, Los Incas, por supuesto, son los más conocidos de todas las culturas andinas precolombinas, herederos de una larga tradición textil altamente desarrollada previo al incanato. Como conquistadores, no sólo juntaron diversas culturas bajo su imperio, sino que, a consecuencia de ello, reunieron una variedad de estilos y técnicas bajo su repertorio. Tenían particular respeto hacia los textiles Chimú y Chancay promoviendo su producción. Esta es quizá la razón por la cual muchos de los diseños representados hoy en día por los tejedores andinos se remontan a la cultura Chimú.
Para los Incas, al igual que para las culturas que les precedieron, los textiles funcionaron de múltiples maneras y fueron una parte clave de esta civilización precolombina. Según el quipu, una tecnología textil que almacenaba información a través de una jerarquía de nudos de colores, sabemos que los Incas contaban con un orden de importancia muy específico durante su imperio. Primero estaba la nobleza, en segundo lugar, las alpacas, llamas y vicuñas, las cuales brindaban fibra; y en tercer lugar estaban los textiles. Más adelante en la lista venía el oro y la plata que fueron tan preciados para los españoles.
Los textiles no fueron tan solo una forma de arte de abundante belleza, también cumplieron muchos roles clave, tanto sociales como culturales, durante el imperio Inca. El concepto de sistema monetario que se maneja hoy en día no existía durante ese periodo. Los Inca, en cambio, utilizaban textiles a modo de práctica ritualizada que consistía en entregar textiles como regalos para hacer valer el control sobre grupos específicos de personas. Los generales también fueron ‘pagados’ con textiles y el hecho de despojar a un enemigo de sus ropas simbolizaba derrota y muerte.
Los Incas no desarrollaron un lenguaje escrito, por el contrario, utilizaron el quipu para registrar información y se expresaron a través de la rica iconografía de sus textiles. A través de la iconografía y otros detalles presentes en los textiles, el orden social se mantuvo bajo control durante el imperio, ya que solo algunos grupos de personas podían usar ciertas técnicas y diseños.
Los textiles fueron también imprescindibles para la arquitectura y la tecnología. Los Incas fueron los inventores del puente colgante, esencial para atravesar valles escarpados y ríos caudalosos, conectando así un vasto sistema de carreteras que se extendió a lo largo de los Andes.
EL IMPERIO DE LOS INCAS ESTABA DIVIDIDO EN 4 SUYOS:
COLLASUYO AL SUR
CHINCHAYSUYO AL NORTE
CONTISUYO AL OESTE
ANTISUYO AL ESTE
EL IMPERIO DE LOS FUE UN TERRITORIO BASTANTE EXTENSO: DESDE PASTO COLOMBIA POR EL NORTE HASTA RÍO MAULE POR EL SUR, TUCUMAN ARGENTINA POR EL SUR ESTE.
EL EJERCITO INCAICO FUE UNO DE LOS PODEROSOS DE ESOS TIEMPOS, YA QUE PERMITIÓ EXPANDIR Y CONQUISTAR DIFERENTES TERRITORIOS. ERA LA MÁS NUMEROSA Y BIEN EQUIPADA CON ARMAMENTOS.
ERA LA RED DE CAMINOS QUE UNIA LA CIUDAD DE CUSCO CON LOS CUATRO SUYOS.
ERAN PERSONAS SELECCIONADAS PARA CUMPLIR LA FUNCIÓN DE MENSAJERO.
PERSONA ESPECIALIZADA EN EL MANEJO DE LOS KIPUS
ERA EL SISTEMA CONTABLE PRACTICADO POR LOS INCAS
LA ORGANIZACIÓN DECIMAL ERA MUY PRACTICADA EN EL INCANATO, YA QUE LAS FAMILIAS ESTABAN ORGANIZADAS EN BASE DECIMAL: JEFE DE UNA FAMILIA, JEFE DE 10 FAMILIAS, JEFE DE 100 FAMILIA, JEFE DE MIL FAMILIAS, ETC.
EL CURACA ERA EL JEFE O LA AUTORIDAD DEL AYLLU. HACIA CUMPLIR TODAS LAS ÓRDENES Y TRABAJOS DE ACUERDO AL ORDEN DEL INCA.
EL TUKUY RIKUQ, ERA EL VIAJERO QUE VISITA CONSTANTEMENTE LOS LOS RINCONES DEL IMPERIO, Y COMUNICABA AL INCA DE TODAS LAS OCURRENCIAS.
EL SUYUYO KAMAYOK, ERA EL JEFE DE LOS SUYOS
INCA PACHACUTEC, UNO DE LOS MEJORES GOBERNANTES DEL TAHUANTINSUTO.
LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR
Sobre la montaña Pacaritambo (doce leguas al noroeste de Cuzco) aparecieron los hermanos Ayar, después del gran diluvio que había desvastado todo.
De la montaña llamada "Tampu Tocco" partieron cuatro hombres y cuatro mujeres jóvenes, hermanas y esposas de ellos a la vez.
Eran Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y finalmente, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco.
Viendo el estado de las tierras y la pobreza de la gente, los cuatro hombres decidieron buscar un lugar más fértil y próspero para instalarse. Llevaron con ellos a los miembros de diez Ayllus (organización inca que agrupaba diez familias) y se dirigieron hacia el sudeste.
Pero un primer altercado se produjo entre Ayar Cachi, un hombre fuerte y valiente, y los demás. Sus hermanos lo celaban y quisieron matarlo. Con ese plan, le ordenaron volver a las cavernas de Pacarina (se llama así, en quechua, al lugar de los orígenes) a buscar semillas y agua.
Ayar Cachi entró en la caverna de Capac Tocco (ventana principal de la montaña "Tampu Tocco") y el sirviente que lo acompañaba cerró con una gran piedra la puerta de entrada... Ayar Cachi jamás pudo salir de allí.
Los siete hermanos y hermanas restantes, seguidos de los ayllus, prosiguieron su camino y llegaron al monte Huanacauri, donde descubrieron un gran ídolo de piedra con el mismo nombre. Llenos de respeto y de temor frente a este ídolo, entraron al lugar donde se lo adoraba.
Ayar Uchu saltó sobre la espalda de la estatua y quedó enseguida petrificado, haciendo parte en delante de la escultura.
Aconsejó a sus hermanos de seguir el viaje y les pidió que se celebre en su memoria la ceremonia del Huarachico, o "iniciación de los jóvenes".
En el curso del viaje Ayar Auca fue también convertido en estatua de piedra, en la Pampa del Sol. Ayar Manco, acompañado por sus cuatro hermanas, llegó a Cuzco donde encontró buenas tierras; su bastón se hundió con facilidad pero no pudo retirarlo sin esfuerzos, lo cual era una buena señal. Entusiasmados conr el lugar decidieron quedarse allí.
Ayar Manco fundó entonces una ciudad, en nombre del creador Viracocha y en nombre del Sol. Esta ciudad fue Cuzco (ombligo, en quechua), la capital del Tahuantinsuyo (imperio de las cuatro provincias).
La leyenda dice que el Dios Inti (Sol) hizo salir del Lago Titicaca a sus hijos Manco Cápac y Mama Ocllo para darles el compromiso de establecer un avance humano.
Para apoyarlos, les dio un Cetro de Oro y les pidió que se establecieran en ese lugar donde el Cetro se hundiría sin esfuerzo.
Manco Cápac y Mama Ocllo anduvieron durante bastante tiempo buscando esa tierra garantizada, hasta que un día, al aterrizar al pie del cerro Huanacaure y poner en pie su Cetro, éste se hundió de inmediato.
Aclamando, Manco Cápac y Mama Ocllo establecieron la ciudad de Cusco como era la petición del Dios Inti.
Con la progresión del tiempo. Manco Cápac, instruyó a los hombres a desarrollar la tierra, a perseguir, a montar casas, y diferentes cosas de ventaja. La madre Ocllo enseñó a las damas a tejer el vellón de las llamas para confeccionar prendas de vestir, así como para cocinar y ocuparse de la casa.