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realizată de Davinia Santiago Menendez 4 ani în urmă

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Escultura Griega

La escultura griega del periodo clásico, específicamente en la segunda mitad del siglo V, se caracteriza por alcanzar una perfección y serenidad sin precedentes. En esta época, los escultores se dedicaron a la representación de la belleza ideal y comenzaron a enfocarse más en expresar sentimientos a través de los rostros.

Escultura Griega

Escultura Griega

Periodo helenístico

La cultura y el arte griego sufren grandes transformaciones. El sentido ideal clásico deja paso a un creciente naturalismo, individualismo y hasta realismo. Basados cada vez más en la experiencia de los sentidos y no en el intelecto. Hay un afán de conquistar el espacio, conseguir ritmos variados y alcanzar expresiones trágicas, se humanizan los temas mitológicos. Se busca lo pintoresco, lo cotidiano y la teatralidad.
El Altar consagrado a Zeus y Atenea, fue iniciado en el 180 a.C. En grandes relieves que adornan el gran podio del altar, se desarrolla la derrota de los gigantes, hijos de la tierra, por los dioses del Olimpo. se intensifica la expresión del esfuerzo corporal y del dolor en los rostros.
El Laoconte, uno de los dramas más espeluznantes de la mitología griega. Narra la muerte del sacerdote troyano por las serpientes enviadas por el ofendido Apolo. Une el dolor físico y espiritual, los personajes se nos muestran en actitudes angustiosas. La forma abierta, la composición diagonal, la ausencia de simetría, la hiperbolización del drama, nos llevan a elementos barrocos.
Toro Farnecio, es una gigantesca composición piramidal, representa el castigo infringido a Dirce, cuyo cuerpo es atado a un toro para que la arrastre, condenada por Zeto y Afión, hijos de Atíope.
La Victoria de Samotracia, de grandiosidad y elegancia impresionantes, avanza en la proa de la nave con alas extendidas, dejándonos ver, tras sus vestiduras impulsadas por el viento, uno de los cuerpos más hermosos de la escultura griega.
Las Afroditas agachadas, el ritmo de su posición es el fruto del movimiento giratorio de la cabeza y de una parte del cuerpo. La posición de Afrodita tapándose púdicamente también forma parte de algunas de las representaciones de una diosa que preserva su intimidad.
La Venus de Milo, la serenidad y la armonía de las proporciones, un rostro lleno de belleza y una incurvatura. Presenta un deliberado contraste entre la plasticidad del desnudo y la prolijidad pictórica del vestido, bajo el que se advierte el movimiento de las piernas.
El torso Belvedere se convierte en un canon de musculatura hercúlea. El cuerpo humano deja de ser una arquitectura ideal para concentrarse en la evidencia de una carne hirviente.

Periodo clásico (Segunda mitad siglo V)

Hacia el 450, la escultura alcanza su máxima perfección y serenidad, agotadas la posibilidades en la representación de la belleza ideal, los escultores otorgarán mayor atención a la expresión de los sentimientos en los rostros. En la segunda mitad del V, los artistas griegos van a crear los tipos que se consideran más representativos del ideal clásico.
El Doríforo, renueva el tipo de kuros y renueva en canon, que no se conserva, sobre las proporciones de la figura humana. Funda las proporciones en el principio de que las partes están en relación con el todo. Prototipo del cuerpo varonil, sin afeminamiento y elegancia. Representa a un joven en marcha acompasada, con movimientos armónicos.
La decoración del Partenón, se hace directamente por él o bajo su derección. El frontón oriental representa el nacimiento de Atenea, en las Parcas se observa el naturalismo de las actitudes, las figuras se envuelven en múltiples pliegues que revelan perfectamente la anatomía interor.
Atenea Parthenos, en ella se emplea la técnica criselefantina, de unos diez metros de altura, no se conserva nada de ella, se conoce su aspecto por reproducciones y minuciosas descripciones literarias.
En las reproducciones romanas en mármol del Discóbolo vemos la captación del movimiento en el momento de máximo de desequilibrio del cuerpo, apartándose del ideal atleta con los dos pies apoyados en el suelo. El rostro permanece inalterable sin acompañar la acción. La ley de la frontalidad está presente, pues la obra de trata de un relieve con carácter plano.

Periodo arcáico

En la escultura monumental se colocan relieves con figuras que no supera al número de tres, aparecen unos héroes que acaban en unos monstruos a los que vencen, implantando así la justicia. Los frontones se ocupan en con escenas escultóricas de bulto completo, los temas son de lucha o adoración.
La Hera de Samos presenta lo pliegues de túnica y manto netamente diferenciados, es el tipo más perfecto de adaptación de la figura humana a la forma de árbol o de columna.
Las korai nos muestran la misma búsqueda y evolución. Aparecen vestidas y envueltas en una ceñida y larga túnica, encima de la cual hay un ancho manto o un chal corto. Suelen tener una mano libre y la otra puesta en la cadera, en el rostro tienen la misma sonrisa que los kuroi, y el pelo cae en largar trenzas en zigzag.
Los kouros representan atletas desnudos. Presentan rasgos del arcaísmo: Labios cerrados, largo cabello dispuesto radialmente y terminado en rizos sobre la frente, pelo ordenado en superficies geométricas. Los brazos pegados al cuerpo con las plantas de los pies adheridas al suelo.
La esculturas más antiguas xoana no se han conservado, eran de madera con un ligero estrechamiento en la cintura, lo que recuerda al tronco de un árbol

Materiales

Criselefantina
Hechas de oro y marfil, reservado solo a la divinidad.
Bronce
Era el material favorito para hacer figuras exentas, en los ojos incrustaban pasta de vidrio, los labios se recubrían de una hoja de cobre rojo y los dientes frecuentemente por una plaquita de plata.
La mayoría son de piedra y especialmente de mármol, también solían estar pintadas, pero se han perdido los colores y con ellos ciertos detalles como bordados o diversos accesorios.

Periodo clásico (primera mitad siglo IV)

El creciente escepticismo de los griegos hacia sus dioses determina una acción artística de éstos. Pierden la serenidad que hasta entonces habían tenido, apareces como meros hombres, sin dignidad divina, realizando acciones humanas.
El drama de Meleagro, en cuyo rostro se ve la expresión trágica anunciando su próxima muerte, ojos hundidos, cejas fruncidas, boca entreabierta, tensión en los rasgos y fervor interior. El peinado se dispone en mechones abultados, muy claroscuristas.
La Venus de Cnido, se observa nobleza y ponderación es la primera vez que un escultor se atreve a representar la desnudez a una divinidad femenina, es un desnudo justificado por el hecho de que la diosa sale del baño.
Hermes con Dionisos, representa a Hermes que sostiene con su brazo un racimo de uvas, que el niño Dionisos quiere coger, la superficie aparece tan delicadamente ondulada que sugiere la sensación de blandura. Esto se consigue gracias a un pulido moderado, que consigue una delicada matización de luz y sombra.
Apolo sauróctono, tiene un cierto toque femenino, en esta obra arquea abiertamente el cuerpo en una larga curva, desde el ápice de uno de los brazos extendidos, hasta la planta del pie. El estilo es delicado, con efecto sutil del claroscuro.

Periodo severo

Las formas humanas son más blandas y sensibles, la anatomía es más justa y el arte de agrupar a los personajes es más sabio. El estilo se muestra más avanzado en detalles, como el plegado de algunos vestidos y en la interpretación del cabello, aunque suavizadas, persiste la moda arcaica.
Los relieves de Trono Ludovisi, nos introduce ya en principios que defines la cultura clásica, el cuerpo se dobla y las piernas se cruzan, los vestidos se transparenta acusándose claramente al desnudo.
El Auriga de Delfos como propio del arcaísmo, tiene el cabello plano y los pliegues del jitón caen rígidos. El naturalismo de la cabeza armoniza con el esquematismo del vestido, la vivacidad del rostro fue acentuada con la adición de ojos de cristal.

Técnicas

En la época helenística se usaba la técnica para fundir bronce con cera perdida, primero se hacía un soporte con un modelado ya aproximado de la escultura, sobre él iba lacera donde ya se acababa el modelado, la talla y las incisiones. La cera se cubría de una mezcla de ladrillo, yeso y agua para formar una pasta porosa y se echaba el bronce fundido que ocupaba la capa de cera.
En el helenístico aparece el reticulado, que permite la determinación mecánica de las proporciones de la estatua. La obra se realiza por zonas pudiendo aparecer partes ya terminadas junto a otras solo esbozadas.
Otras veces usaban modelos o plantillas incisas a cincel en el bloque de mármol. En el bulto redondo la elaboración se desplegaba al mismo tiempo en todos lo lados, cortando capas sucesivas de mármol, con el fin de mantener constantemente la proporción del boceto. Con el escarpelo y el cincel terminaban la escultura.
Unas veces consistía en disminuir con el martillo.

Los escultores plasman en la figura humana, sus concepciones de belleza física