door yeimi paola 5 jaren geleden
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La ciencia es un producto cultural, en el más amplio sentido de la palabra. Existe porque existen lo seres humanos, que son quienes la han creado. Por supuesto, la ciencia es conocimiento y método. Pero es mucho más que eso. La ciencia es un producto cultural porque es un producto de la actividad de los seres humanos. Es un producto cultural porque es un resultado histórico. Es, también, un producto cultural porque emerge de nuestras capacidades cognitivas, y porque es la consecuencia de un entramado complejo de actividades individuales y colectivas situadas en el espacio y en el tiempo. La ciencia es un producto cultural porque en ella se hacen patentes valores y disvalores que los seres humanos aplicamos también a otros ámbitos de la vida. La ciencia es, por último, un producto cultural porque es una realidad simbólica, ya que utiliza dispositivos simbólicos -el lenguaje, sea el habitual o el matemático- en su propio desarrollo.
Desde el punto de vista de Rastellino, la ciencia en la escuela no debe enseñarse solamente a través de la teoría sino también mediante la realización de experimentos que motiven la formulación de preguntas basadas en un razonamiento científico, entre otras características. “”Se trata de generar una constante interacción entre realidad-conocimiento, entre práctica y teoría como formas de integración de ambos. Todo ello es sumamente necesario para enseñar ciencias. Y reitero nuevamente que la capacitación docente es clave ya que desde allí se podrán leer las articulaciones existentes entre la cotidianeidad del hacer escolar y las líneas de investigación y unidades de análisis que nos acercan los investigadores”, afirma la integrante de QDA.
Las habilidades científicas son etapas que se van cumpliendo a medida que se va descubriendo un nuevo conocimiento, a continuación se dan a conocer todas estas:
La investigación y la innovación de experiencias se constituyen en un pilar fundamental del conocimiento pedagógico. En ellas se reconoce que la autonomía, el pensamiento crítico, las subjetividades y la apropiación del mundo escolar por parte de los maestros, son las bases existentes para desarrollar el pensamiento científico en los estudiantes, teniendo en cuenta que muchas de ellas carecen de procesos sistemáticos, evaluación y seguimiento riguroso. Por lo anterior, el IDEP consideró necesario reconocer las dinámicas que se vienen dando en la escuela, trabajando de la mano con los maestros a partir de un acompañamiento, asesoría y formación que beneficie el reconocimiento y la reconstrucción metodológica, organizativa y conceptual, para compartir y aportar las herramientas acordes con los objetos del conocimiento, contextos y particularidades propias de la comunidad educativa.
El desarrollo del pensamiento científico es un factor importante en la formación de ciudadanos aptos para la acertada toma de decisiones y es una prioridad dentro de los lineamientos de educación en Ciencias naturales de Colombia (Ministerio de Educación Nacional, 1998
afirma que en Colombia es necesario adelantar procesos formativos que potencien el desarrollo del pensamiento, pues la educación en el país es tradicionalmente fragmentada, acrítica, desactualizada e inadecuada, lo que desmotiva la curiosidad y termina generando estructuras mentales y de comportamiento inadecuadas. Esta situación se refleja en la dificultad que demuestran los educandos para resolver problemas que requieran la aplicación del conocimiento científico, lo que afecta de manera sustancial su desempeño académico (Rodríguez, 2013
). De otro lado, Bredderman (1983)
afirman que el entrenamiento del pensamiento científico estimula el desarrollo cognitivo y el desempeño de los estudiantes en las áreas de matemáticas y ciencias. En este sentido son llamativos los resultados que obtuvieron los estudiantes colombianos en las pruebas académicas estandarizadas -Saber, Programme for International Student Assessment (PISA), Trends in International Mathematics and Science Study(TIMSS) y el Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE)- que evidencian deficiencias en lo relacionado con el uso del pensamiento científico.
Enseñar ciencias en educación parvularia permitiría a las educadoras ayudar a niños y niñas a apropiarse de esta cultura, a saber utilizarla y a generar el deseo de hacerla evolucionar. En el aprendizaje de la ciencia se entrelazan muchos factores: los intereses, la observación y la experimentación, las estrategias de razonamiento, la manera de organizar las ideas, la forma de comunicarlas y los valores. Además, el conocimiento y las destrezas que se adquieren son útiles para "transformar" a niños y niñas en ciudadanos mejor formados en un mundo que se hace cada vez más complejo y más interesante desde el punto de vista tecnológico.