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door luis guillermo ortega caro 6 jaren geleden

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GIGANTES DE LA INDUSTRIA

GIGANTES DE LA INDUSTRIA

narra la historia de personajes como Cornelius Vanderbilt, John D. Rockefeller, Andrew Carnegie, J.P. Morgan y Henry Ford; quienes durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX participaron activamente en la transformación de los Estados Unidos modernos. Varios de ellos forman parte todavía en la actualidad del grupo de las personas con las mayores fortunas privadas de toda la historia.

Con la ayuda de un equipo de amigos, hizo experimentos automotrices que culminaron en 1896 con la realización de su primer vehículo autopropulsado, el “Cuadriciclo”. Tenía cuatro ruedas de alambre que parecían de bicicleta, se conducía con un timón de barco y sólo usaba dos ruedas para el retroceso. Un segundo coche llegó en 1898 y Henry convenció a un grupo de empresarios para que lo apoyara en el emprendimiento más importante de su vida, una compañía para fabricarlo y venderlo. Pero él sabía poco sobre gestión empresarial, y eso lo llevó al fracaso de sus primeras dos empresas, hasta el nacimiento de Ford Motor Company, en 1903, originalmente pensada para la construcción de autos de carrera. El primer coche de la nueva empresa, llamado “Modelo A”, fue seguido por una variedad de modelos mejorados y que se podían vender a precios económicos. Ford tenía entonces una visión que revolucionaría la industria, la de un coche “para la gran multitud”. El “Modelo T”, creado luego, fue fácil de operar, mantener y manejar por caminos accidentados. Inmediatamente se convirtió en un gran éxito.

Henry Ford no inventó el automóvil. Ni siquiera inventó la cadena de montaje. Pero más que cualquier otro individuo, fue el encargado de transformar el automóvil de una invención de utilidad exótica a uno de los hitos de la historia humana. Los innovadores cambian las cosas, toman nuevas ideas, a veces propias, a veces de otras personas, y las desarrollan y promueven hasta que se convierten en una parte fundamental de la vida cotidiana. La innovación requiere confianza en sí misma, el gusto por correr riesgos, la capacidad de liderazgo y una visión de lo que el futuro debe ser. Henry Ford tenía todas estas características.

Dominado por su padre toda su juventud y prácticamente toda su adultez, J.P. decidió ignorar por primera vez esas lecciones de negocios cuando cumplió los cuarenta años, porque quiso que lo recordaran como un industrialista, así como Rockefeller en el petróleo, y Carnegie en el acero. Al igual que el fuego y la rueda, la luz eléctrica revolucionaría a la humanidad y Morgan lo creía, sobre todo porque podía hacerlo muy rico y, lo más importante, más rico que sus rivales. Contrató a Thomas Alva Edison, un chico de telégrafos que se volvió famoso por inventar la bombilla, para instalar electricidad en su mansión de la Quinta Avenida de Manhattan. La casa de Morgan, donde se instaló un pequeño generador de corriente continua que alimentó cuatrocientas bombillas, se convirtió en la primera casa del mundo en ser iluminada por electricidad.

Cuando John Pierpont, o J.P., era un niño, Junius, su multimillonario padre, le dio a cargar un millón de dólares en efectivo para que supiese lo que se sentía y luego se los quitó diciéndole que aprendiera a ganárselos. Quizás sea una de las lecciones de vida más importantes en cuanto esfuerzo se trata, y si fue real, ahora sabemos por qué J.P. Morgan llegó a ser uno de los hombres más adinerados del mundo.

La Guerra Civil sirvió de impulso para la industria siderúrgica ya que, al tiempo de terminar, se comenzó a demandar más hierro para la reconstrucción y modernización de las vías férreas de todo Estados Unidos. Carnegie vio potencial en esta industria y, deseoso de explorar nuevas posibilidades de negocio en ella, dimitió de su cargo en el Ferrocarril de Pensilvania. Fue uno de los movimientos más peligrosos que hizo en su carrera, ya que corría el riesgo de quedar en la ruina, pero al final, resultó ser su decisión más acertada: Giró su atención a la sustitución de puentes de madera por puentes de hierro y, en tres años, ya contaba con un ingreso anual de aproximadamente cincuenta mil dólares.

Andrew Carnegie fue uno de los capitanes del capitalismo estadounidense del siglo XIX. Ayudó a construir la formidable industria siderúrgica norteamericana, que lo llevó de ser un joven pobre a uno de los hombres más ricos del mundo. Más tarde, Carnegie, arrepentido por muchos errores cometidos durante su período de enriquecimiento personal, regaló su fortuna a instituciones culturales, educativas y científicas para “mejorar a la humanidad”.

John D. Rockefeller no sólo creó la Standard Oil, que fue el más grande imperio de negocios en la Tierra a principios del siglo XX, sino que formó el más extenso imperio de filantropía, creando la Universidad de Chicago, el Spelman College, la Universidad Rockefeller, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, The Cloisters, y la Fundación Rockefeller. Su relato muestra a uno de los personajes de negocios más despiadados e implacables de todos los tiempos que luego se convirtió en una de las mentes filantrópicas, caritativas y con mayor visión de futuro que el mundo haya visto jamás.

John D. Rockefeller es recordado como uno de los capitalistas más importantes de la historia americana. Fue a la vez el hombre de negocios más admirado y al mismo tiempo el más odiado en Estados Unidos. Considerado uno de los grandes

Siguiendo el mismo modelo de negocio que había acostumbrado de sus aventuras anteriores, hizo su marca al mejorar el servicio y ofrecer a los clientes precios bajos. Después de sólo cinco años en el negocio del ferrocarril, según sus propios informes, hizo veinticinco millones de dólares, con los que pudo financiar la extensión del imperio hacia el lejano oeste.

Los viajes en tren comenzaron a ser más frecuentes en los Estados Unidos en la década del sesenta del siglo XIX y, una vez más, el magnate aprovechó la oportunidad de negocio mediante la compra de ferrocarriles en Nueva York, para lo cual tuvo que vender parte de su flota de barcos.

GIGANTES DE LA INDUSTRIA

Andrew Carnegie

John.D. Rockefeller

CORNELIUS VANDERBILT

Henry Ford

Jp. Morgan

¿QUE ES ?