Es común que dentro de las organizaciones se presenten distintas formas de ceguera, que impactan negativamente en su funcionamiento y evolución. Una de ellas es la ceguera relacional, donde se ignora que todos los miembros y áreas están interconectados y que sus roles pueden variar entre cliente y proveedor.
Cuando sabemos lo que experimentamos hoy como empresa, pero no sabemos qué nos trajo hasta aquí. No miramos la historia del presente, la historia de nuestro sistema que nos ha traído hasta este punto. Esto puede provocar que la empresa incurra cíclica y continuamente en los mismos errores, o en los mismos aciertos, pero sin poder capitalizar estos últimos como aprendizaje estratégico.
Cuando miramos el presente, pero no al pasado
Ceguera Espacial
Creer que el problema que tiene un área específica de la organización, digamos el departamento de Cuentas por Cobrar, es un asunto de ellos, y dejamos de ver cómo otras personas o áreas de la organización están manteniendo o influyendo en el problema de cuentas por cobrar.
Cuando miramos una parte del sistema, pero no el todo
Ceguera de procesos
Toda organización se encuentra en proceso de algo, por eso se mantiene en continuo movimiento y transformación. Algunos son planeados, otros circunstanciales (una crisis, reestructura, fusión, etc). Todos los procesos terminan y de cada uno habrá mucho que aprender.
Cuando nos perdemos en la cotidianeidad de la organización, y dejamos de percibirla como dentro de un proceso
Ceguera Relacional
A veces somos clientes, a veces proveedores. Cada posición tiene una estructura y una complejidad propia y todas funcionan en relación con otros.
Cuando dejamos de reconocer que en los sistemas, todos existimos sólo en relación con otros.
