Tras la implementación de un bloqueo económico por parte de Estados Unidos en 1962, Cuba se vio obligada a adaptar su economía y políticas internas. El país respondió con medidas significativas que incluyeron la reducción de alquileres, la creación de campañas de alfabetización, y la construcción de infraestructura esencial como escuelas, carreteras y viviendas.