da lizeth daniela sanchez villota mancano 5 anni
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Cuando se aborden los factores culturales y medioambientales nacionales a nivel nacional y subnacional, sería aconsejable elaborar una estrategia de comunicación integral que permita difundir eficazmente los niveles de actividad física recomendados para la salud, y que aborde todas las posibles variantes.
Promoción de la actividad física
Las políticas medioambientales que influyen en el modo de transporte que utiliza la población
Las políticas y planes nacionales sobre actividad física deberían incorporar múltiples estrategias encaminadas a ayudar a las personas y a propiciar un entorno adecuado y creativo para la práctica de la actividad física
será necesario adoptar un planteamiento demográfico, multisectorial, multidisciplinario y culturalmente idóneo
Hay que tener en cuenta el trasfondo cultural, los aspectos de género, las minorías étnicas y la carga de enfermedad en cada país.
Es responsables de políticas promuevan la actividad física a nivel nacional.
Países de ingresos bajos y medios
En muchos países de ingresos bajos y medios, el nivel de actividad física durante los periodos de ocio podría ser limitado, y la actividad física moderada o vigorosa se realizaría en el contexto de las actividades de desplazamiento, laborales o domésticas.
Las ENT y sus factores de riesgo es ya un problema mundial que afecta por igual a los países de ingresos bajos y medios.
Es causal de ENT como: cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo II, hipertensión, cáncer de colon, cáncer de mama y depresión
La inactividad física constituye el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad en todo el mundo y repercute considerablemente en la salud general de la población mundial.
Facilitar la creación de mecanismos nacionales de vigilancia y monitorización, para seguir de cerca la evolución de la actividad física en la población.
Disponer de un documento basado en evidencia que permita a todas las partes interesadas llevar a efecto sus políticas con una asignación apropiada de los recursos
Crear un marco de acción común que reúna a todas las partes interesadas en torno a un mismo objetivo
Justificar la asignación de recursos a las intervenciones de promoción de la actividad física
Incentivar de promoción de la actividad física
Definir de metas y objetivos de promoción de la actividad física a nivel nacional
Fundamentar las políticas nacionales sobre actividad física y otras intervenciones de salud pública
Es promover la actividad física y la prevención del las ENT, elaborando unas recomendaciones mundiales que aborden los vínculos entre la frecuencia, la duración, la intensidad, el tipo y la cantidad total de actividad física necesaria para prevenir las ENT.
desarrollen y pongan en práctica directrices nacionales sobre actividad física para la salud
obliguen a adaptar las estructuras urbanas para facilitar la actividad física en los desplazamientos en condiciones de seguridad, y para crear espacios destinados a las actividades recreativas.
introduzcan políticas de transporte que promuevan métodos activos y seguros de transporte escolar y laboral (por ejemplo, a pie o en bicicleta)
hay evidencia clara de que la actividad física está asociada a una mejor salud funcional, a un menor riesgo de caídas y a una mejora de las funciones cognitivas.
En adultos de 65 años en adelante, la actividad física consiste en la práctica de ejercicio durante el tiempo libre o los desplazamientos (por ejemplo, mediante paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona desempeña todavía una actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados, en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
Cuando los adultos de este grupo no puedan realizar la actividad física recomendada debido a su estado de salud, deberían mantenerse activos hasta donde les sea posible y les permita su salud.
Deberían realizarse actividades de fortalecimiento muscular de los grandes grupos musculares dos o más veces a la semana.
Los adultos de mayor edad con dificultades de movilidad deberían dedicar tres o más días a la semana a realizar actividades físicas para mejorar su equilibrio y evitar las caídas.
La actividad aeróbica se desarrollará en sesiones de 10 minutos como mínimo.
Los adultos de mayor edad deberían acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o bien no menos de 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación equivalente de actividad física moderada y vigorosa.
Los adultos de 18 a 64 años deberían acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o bien un mínimo de 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
Para obtener mayores beneficios, los adultos deberían incrementar esos niveles hasta 300 minutos semanales de actividad aeróbica moderada, o bien 150 minutos de actividad aeróbica vigorosa cada semana
La actividad aeróbica se realizará en sesiones de 10 minutos, como mínimo.
O varias sesiones breves distribuidas a lo largo de la semana: por ejemplo, 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces por semana.
En los adultos de 18 a 64 años, la actividad física se realiza durante el tiempo libre o los desplazamientos (por ejemplo, paseando a pie o en bicicleta) y mediante actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados, en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
Las personas que desarrollan más actividad presentan tasas menores de mortalidad y de padecer enfermedades ENT.
30 a 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa son el mínimo necesario para reducir apreciablemente el riesgo de esas enfermedades.
promueve eficazmente un aumento de la densidad de masa ósea
Los adultos físicamente activos tendrán probablemente un menor riesgo de fractura de cadera o vértebras.
La actividad aeróbica facilita de manera continuada el mantenimiento del peso corporal
Existe una relación directa entre la actividad física y la salud metabólica
hay una reducción del riesgo de diabetes de tipo 2 y de síndrome metabólico . Los datos indican que 150 minutos semanales de actividad física moderada o vigorosa conllevan un riesgo considerablemente menor.
Hay evidencia concluyente de que la actividad física frecuente mejora sustancialmente la forma física, el estado de salud, el estado cardiorrespiratorio, posee mayor resistencia muscular, y está suficientemente documentado que presentan menor grasa corporal, un perfil de riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica más favorable, una mejor salud ósea, y una menor presencia de síntomas de ansiedad y depresión.
Científicamente la actividad física reporta en general beneficios fundamentales para la salud de niños y jóvenes
Esta conclusión está basada en los resultados de varios estudios, que han observado que el aumento de actividad física estaba asociado a unos parámetros de salud más favorables, y de trabajos experimentales que han evidenciado una asociación entre las intervenciones de actividad física y la mejora de los indicadores de salud.
En el caso de los niños y jóvenes inactivos sería apropiado comenzar con pequeñas dosis de actividad, para ir aumentando gradualmente su duración, frecuencia e intensidad.
Todos los niños y jóvenes deberían realizar diariamente actividades físicas en forma de juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela y las actividades comunitarias.