Kategóriák: Minden - genéticos - factores - bioquímicos - terapéutico

a FRANCISCO JAVIER ESCOBAR CONEJO 1 éve

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COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL Y DELICTIVO

La investigación sobre el comportamiento antisocial y delictivo ha revelado una conexión significativa con diversos factores biológicos. Entre estos se encuentran los instintos de supervivencia, los procesos bioquímicos como la testosterona y la serotonina, y las alteraciones cromosómicas.

COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL Y DELICTIVO

COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL Y DELICTIVO

Para que se produzca un comportamiento antisocial tienen que coincidir en el tiempo diversas variables que, a su vez, pueden estar interrelacionadas, lo cual es reflejado profusamente (Andrés-Pueyo y Redondo, 2007; García y Collado, 2004; Redondo, 2008). Tal compleji- dad, ha provocado que este fenómeno se explique desde multitud de perspectivas, las cuales se han orientado a la maximización de alguno de los siguientes tres factores: el biológico, el psicológico y el sociológi- co. Cabe reseñar que la escasa eficacia de estos modelos y su excesivo reduccionismo explicativo dio lugar a propuestas más ambiciosas; nos referimos al enfoque integrador que aúna estos tres grupos de factores en una misma teoría.

El comportamiento antisocial es un fenómeno heterogéneo que in- cluye diversos tipos de conductas desviadas (Redondo, 2008).Si bien la versatilidad de estas conductas es admitida por la mayoría de los investigadores (Romero, Sobral y Luengo, 1999), este hecho ha gene- rado discrepancias en cuanto a su influencia sobre la teoría y la inves- tigación en este campo. Así, algunos autores como Farrington (1992), Gottfredson y Hirschi (1990)sostienen que el comportamiento antiso- cial ha de estudiarse de forma global, careciendo de sentido establecer diferencias en la causación de cada tipología delictiva, en tanto que las múltiples actividades antinormativas son conceptualmente análogas. En cambio, otros como Garrido, Stangeland y Redondo (1999),Mirón y Otero-López (2005)se decantan por un análisis segmentado, al estimar que las diferencias entre las diferentes tipologías de comportamiento antisocial deben quedar ya reflejadas en el fundamento teórico, puesto que cada comportamiento antisocial presenta sus factores de riesgo y protección específicos.

Una aproximación biológica a la comprensión del comportamiento antisocial y delictivo La investigación biopsicológica nos advierte de la relación entre la con- ducta antisocial y algunos factores con eminente carga biológica: los instintos de supervivencia; los procesos bioquímicos como la testos- terona, la adrenalina, la noradrenalina, la serotonina; las disfunciones electroencefalográficas; las alteraciones cromosómicas, el Trastorno de Atención con Hiperactividad, alta irnpulsividad y la influencia genéti- ca (Andrés-Pueyo y Redondo, 2007).A este respecto, Fernández-Ríos y Rodríguez (2007)critican la marcada tendencia de la psicología a biolo- gizar el origen del comportamiento antisocial, como lo denotan diver- sos estudios (Kaplan y Tolle,2006;Rutter, 2006;Rutter, Moffitt y Caspi, 2006). Cabe referir que, aunque existen fundamentos biológicos para la conducta prosocial y antisocial (Knafo y Plomin, 2006), difícilmente se puede hallar un gen único, por lo que se ha de trabajar con genes generalistas (Fernández-Ríos y Rodríguez, 2007).A tenor de las limita- ciones de este enfoque cobra importancia la influencia del aprendizaje social sobre la conducta y los propios procesos bioquímicos. En este sentido, Redondo (2008) postula que todo cambio terapéutico tendría que hacerse desde los elementos más moldeables

protección específicos.
que cada comportamiento antisocial presenta sus factores de riesgo y
antisocial deben quedar ya reflejadas en el fundamento teórico, puesto
que las diferencias entre las diferentes tipologías de comportamiento
Otero-López (2005)se decantan por un análisis segmentado, al estimar
En cambio, otros como Garrido, Stangeland y Redondo (1999),Mirón y
múltiples actividades antinormativas son conceptualmente análogas.
diferencias en la causación de cada tipología delictiva, en tanto que las
cial ha de estudiarse de forma global, careciendo de sentido establecer
Gottfredson y Hirschi (1990)sostienen que el comportamiento antiso-
tigación en este campo. Así, algunos autores como Farrington (1992),
rado discrepancias en cuanto a su influencia sobre la teoría y la inves-
investigadores (Romero, Sobral y Luengo, 1999), este hecho ha gene-
la versatilidad de estas conductas es admitida por la mayoría de los
cluye diversos tipos de conductas desviadas (Redondo, 2008).Si bien
Teorías basadas en la ruptura de vínculos sociales con los grupos y las normas convencionales Desde que en 1947Sutherland formulara la teoría del asociacionismo diferencial han sido varios los investigadores que se han interesado por el efecto de la vinculación con grupos anticonvencionales sobre la conducta, en general, y la delictiva, en particular (Elliot y Merril, 1941;Sykes y Matza, 1957). En un trabajo de campo reciente (Fariña, Arce y Novo, 2008), hallamos que los menores de riesgo de desviación
Teorías basadas en el razonamiento cognitivo y emocional Según la teoría cognitivo-conductual el modo cómo una persona piensa, percibe, analiza y valora la realidad influye en su ajuste emocional y conductual (Garrido, 2005);así, la literatura relaciona el comportamien- to antisocial con estructuras cognitivas distorsionadas o prodelictivas (Herrero, 2005;Langton, 2007),en tanto que éstas precipitan, alimentan, amparan o excusan las actividades delictivas (Redondo, 2008). Estas distorsiones pueden hacer que cada sujeto, para justificar su compor- tamiento antisocial, describa el delito desde su propia perspectiva, llegando incluso éstas, en casos como el delincuente sexual, a funcionar como «teorías implícitas», explicativas y predictivas del comportamien- to, hábitos y deseos de las víctimas (Ward, 2000). Estos pensamientos, en ocasiones, aparecen de forma automática, siendo resultado de los aprendizajes acumulados a lo largo de la vida (Beck,2000;White, 2000). En concreto, la terapia de control cognitivo aduce que la falta de control del sujeto sobre su conducta desviada se debe al derrumbamiento de la autonomía cognitiva,
TERAPIAS
Teorías basadas en la personalidad La teoría de la personalidad de Eysenck (1970, 1976, 1978) plantea que la conducta delictiva es producto de la influencia de las variables am- bientales sobre los individuos con determinadas predisposiciones gené- ticas. Esto es, la conducta delictiva se explica por medio de procesos psi- cofisiológicos, como la emotividad, la excitación y el condicionamiento, que originan un determinado tipo de personalidad, el cual incide en la tendencia conductual del individuo ante determinadas situaciones (Garrido, 2005). Esta teoría postula tres dimensiones temperamentales de la per- sonalidad: a) extroversión-introversión, b) neuroticismo-estabilidad emocional y c) psicoticismo (Redondo y Andrés-Pueyo, 2007). Estas dimensiones son continuas y varían entre los individuos, predominan- do, en la mayoría de las personas, las puntuaciones intermedias entre los extremos. Estos rasgos de personalidad son generalizables, es decir,
Teorías basadas en la biofisiología Mientras la perspectiva biotipológica estudia la conducta delictiva con base en ciertas características físicas (Kretschmer, 1948; Lom- broso, 1878; Sheldon, 1949), la teoría bioquímica la explica en razón a los procesos bioquímicos inherentes al individuo (Mackal, 1983). Asumiendo pues, que los procesos biológicos median en el com- portamiento antisocial y pro social del individuo, se sostiene que en la tendencia antisocial convergen factores psicobiológicos como el nivel de arousal (Farrington, 1992) o el cortisol (Murray-Close, Han, Cicchetti, Crick y Rogosch, 2008), las catecolaminas y las hormo- nas gonadales (Aluja, 1991; Carrido, Stangeland y Redondo, 1999). Adícionalmente, se postula que el hipotálamo (centro nervioso re- gulador de conductas básicas de supervivencia, como la conducta antisocial) y la glándula pituitaria (productora de hormonas como la testosterona) desempeñan una función relevante en el control y producción del comportamiento antisocial.