Desde la antigüedad, el ocio, la cultura y el deporte fueron aspectos esenciales en la vida de los griegos, quienes viajaban para asistir a los Juegos Olímpicos. En la era contemporánea, los viajes de placer comenzaron a finales del siglo XIX y principios del XX, especialmente tras la revolución industrial que permitió a la burguesía disponer de tiempo libre y recursos económicos.