Las quemaduras generan múltiples alteraciones fisiopatológicas, afectando tanto el sistema inmunológico como otros sistemas del cuerpo. Uno de los principales problemas es la inmunosupresión, que aumenta el riesgo de infecciones debido a la disminución de la función de los linfocitos T citotóxicos, macrófagos y neutrófilos, así como a la reducción de inmunoglobulinas y factores del complemento.