Las historias de Akutagawa fueron influenciadas por su creencia de que la práctica de la literatura debería ser universal y reunir a las culturas occidentales y japonesa. Esto se deja ver en la forma en la que Akutagawa utiliza una gran variedad de culturas y períodos de tiempo en sus obras y, o bien reescribe la historia con sensibilidades modernas, o crea nuevas historias utilizando ideas de múltiples fuentes. La cultura y la formación de una identidad cultural también es un tema principal en varias de las obras de Akutagawa. En estas historias, explora la formación de la identidad cultural durante los períodos de la historia en los que Japón estaba más abierto a las influencias externas. Un ejemplo de esto es su historia Hōkyōnin no Shi ("El mártir", 1918) que se establece en el período misionero.
La imagen de la mujer en las historias de Akutagawa fue moldeada bajo la influencia de las tres mujeres que tomaron el papel de madre en su vida. Su mayor influencia fue su madre biológica, Fuku, de quien le preocupaba haber heredado su locura. A pesar de no haber pasado mucho tiempo con Fuku, Akutagawa se identificaba fuertemente con su madre, además de creer que si en algún momento se volvía loco la vida no tenía sentido. Sin embargo, sería su tía Fuki quien jugó el papel más importante en su crianza y angustias. Fuki controlaba gran parte de su vida y exigiendo su atención, especialmente a medida que envejecía y le decía proyectivamente que era como la fallecida madre de Akutagawa: un loco . Las mujeres que aparecen en las historias de Akutagawa, al igual que las mujeres que identificó como madres, en su mayoría fueron escritas
Una vida fugaz y atormentada, una obra brillante. Ryūnosuke Akutagawa, considerado como el "padre de los cuentos japoneses" fue un mártir de su herencia genética. A lo largo de su carrera generó una obra de trazos finos, de historias que deambulaban entre el grotesco y la ironía, abriendo a la isla al modernismo literario, pero a la vez sin renunciar a sus tradiciones, mientras esa presencia invisible y latente, ese fantasma que lo asfixió desde su infancia lo fue acorralando hasta el encierro, lo llevó a ocultarse de la luz del día y selló su destino inevitable: el suicidio.
En "los encantadores y a veces terribles relatos de Akutagawa, discernir con rigor los elementos orientales y occidentales es acaso imposible… Cierta tristeza reprimida, cierta preferencia por lo visual, cierta ligereza de pincelada, me parecen, a través de lo inevitablemente imperfecto de toda traducción, esencialmente japonesas. La extravagancia y el horror están en sus páginas, pero no en el estilo, que siempre es límpido", escribió
Jorge Luis Borges, quien realizó el prólogo para algunas de sus obras, de las que se declaró admirador.
vida posterior
En el año de 1926, enfermó gravemente y padecería de crisis nerviosas: alucinaciones visuales y angustia que se trasunta en todas sus obras. Declinó su producción literaria. En 1927, mantuvo una polémica literaria con el novelista Junichiro Tanizaki. Escribió numerosas obras de gran valor en las cuales los principales méritos son la originalidad y las logradas expresiones de lo emocional: "Ilusión", "Kappa" (una sarcástica sátira social parcialmente fabulada basándose en los animales de la mitología popular japonesa llamados kappa), "El hombre del oeste", "La vida de un idiota", "Palabras de un enano", "Los engranajes" (breve pero intenso relato autobiográfico en el cual describe sus sensaciones pesadillezcas y expresa la idea del suicidio). Ese mismo año se suicidó ingiriendo veronal; antes de morir dijo: ぼんやりとした不安 (Bonyaritoshita fuan, que significa "sombrío desasosiego"). Después de su muerte se publicó su último libro de cuentos, además de otros ensayos, poemas y cuentos infantiles.
origuen
fue un escritor japonés, perteneciente a la generación neorrealista que surgió a finales de la Primera Guerra Mundial. Sus obras, en su mayoría cuentos cortos, reflejan su interés por la vida del Japón feudal. La locura de su madre le condiciona psicológicamente para toda la vida; siendo un niño enfermizo y nervioso que leía libros incesantemente en las bibliotecas públicas
vida temprana
Aquellos seis meses finales los vivió en un constante estado de ansiedad. En la biografía Patient X. The Case-Book of Ryūnosuke Akutagawa, el autor inglés residente en Tokio David Peace relata que sufrió de alucinaciones visuales y auditivas, con violentos dolores de cabeza que finalizaban en paranoia. Explica Peace que el autor japonés había perdido autonomía: creía que sus pensamientos y movimientos eran controlados por un poder superior, que era una suerte de marioneta. Narra, además, cómo una tarde su esposa lo encontró en un rincón de su estudio, acurrucado, temeroso hasta de su propia sombra y convencido de que las paredes se derrumbaban a su alrededor. Así, su espacio se convirtió en su cárcel, bajó todas las persianas y habitó en la oscuridad, a tal punto que solo se animaba salir de su casa por las noches.
Las pastillas para dormir habían ya, hace tiempo, dejado de funcionar. "Si no duermo durante dos noches, estoy lo suficientemente cansado como para poder dormir la tercera noche. Pero luego, la noche siguiente, estoy completamente despierto otra vez", escribió a un amigo. Por lo que comenzó, bajo prescripción médica, a tomar opio.
obras
"Vejez" [老年 : Rōnen] (1914)
"La nariz" [鼻 : Hana] (1915)
"Gachas de ñame" [芋粥 : Imogayu] (1916)
"El biombo del infierno" [地獄変 : Jigokuhen] (1916)
"Rashōmon" [羅生門] (1917)
"El tabaco y el diablo" [煙草と悪魔 : Tabako to akuma] (1917)
"El hilo de la araña" [蜘蛛の糸 : Kumo no ito] (1917)
"Jashūmon" [邪宗門]
"En el bosque" o "En el bosquecillo" [藪の中 : Yabu no Naka] (1922)
"Titiritero" [傀儡師 : Kairaishi] (1919)
"El Cristo de Nankín" [南京の基本督 : Nankin no Kirisuto] (1920)
"Sombras del farol" (1920)
"Flores de la noche" (1921)
"Vestido de primavera" (1923)
"Ojakufu" (1924)
"El abanico de Konan" (1927)
"Genkakusanbō" (1927)
"Vida de un idiota" [或阿呆の一生 : Aru ahō no Isshō] (1927)
"El hombre de occidente" [西方の人 : Seihō no hito] (1927)
"Los engranajes" [歯車 : Haguruma] (1927)
"Kappa" [河童] (1927)
carrera literaria
En 1915, Akutagawa publicó Rashōmon (donde describe la decadencia de las tradiciones japonesas acompañada por la angustia existencial de los protagonistas) y otro cuento en la revista Teikoku Bungakude la Universidad de Tokio. Frecuentó la casa del escritor Natsume Sōseki, quien ejercería en él una notable influencia. En 1916, con Kume, Kikuchi, Matsuoka y otros edita Shinshicho (cuarta época), en la que publica "La nariz", mereciendo elogios de Natsume. Publica además "El pañuelo" en la revista Chuo Koron, que tiene favorable acogida en la crítica; se convierte en uno de los más firmes valores de la nueva generación. Se gradúa en la Universidad; presenta la tesis "Estudios sobre William Morris". Es nombrado profesor en la Escuela de Mecánica Naval de Oficiales. Ese mismo año, muere su maestro Natsume.
En 1917, publicó sus dos primeros libros de cuentos. Un año más tarde, ingresó en el periódico Mainichi de Osaka, donde publicó El biombo del infierno, La muerte del mártir, Asesinato de la era Meiji, La muerte del poeta Basho y otros cuentos. En 1919, viajó a Nagasaki con Kan Kikuchi para estudiar el cristianismo japonés y publicó cuentos con ese tema (Nagasaki era una ciudad en la que la mayoría de su población era practicante fiel del catolicismo a partir de las misiones de Francisco Javier).
En 1920, publicó algunos cuentos, entre ellos El Cristo de Nankín, El baile y Otoño; este último señala un cambio en su estilo. Un año después viajó a China como corresponsal del diario 'Mainichi' y escribe varios cuentos relacionados con ese país. En 1922, publicó algunos ensayos y cuentos: En el bosque, El general, La princesa Rokunomiya y La castidad de Otom que marcan el fin de su primera época literaria. Al año siguiente publicó la serie de cuentos sobre Yasukich. En aquel tiempo se produciría el gran terremoto de Tokio. En 1924, se encarga de la publicación de The modern series of English Literature. Al año siguiente compilaba una antología de literatura moderna japonesa; también publica una crónica de viaje a la China.
Ya para 1926, el cuentista padecía de insomnio crónico y aquel fantasma, que lo perseguía desde sus primeros años golpeaba a su puerta. Ese espectro al que Ryūnosuke -que significa Hijo del Dragón– escapaba en su interior lo acechaba desde sus primero años. Hasta los 10 vivió junto a su madre, Fuku, quien padeció psicosis, y con una imagen paterna débil, repleta de ausencias. Tras la muerte de su progenitora, lo acogió su tío Dōshō Akutagawa y su tía política, Fuki, quien tomó control de cada detalle de su vida y le aseguró que él contaría sus últimos días sumido en la angustia y los delirios que consumieron a su madre. De allí, que las mujeres en sus obras tenían un carácter fuerte, por momentos agresivas y que ocultaban sus intenciones, entre el ego y el narcisismo, para ejercer el dominio sobre los hombres a la fuerza o a través de la seducción, como en Kesa y Morito (1918) o Los Kappas (1927).