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por Diego Leonardo Martínez Ayala hace 4 años

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Capítulo 3 "Función semiótica o simbólica"

El desarrollo cognitivo infantil se caracteriza por la evolución de imágenes mentales que inicialmente son estáticas y presentan dificultades para representar movimientos o transformaciones.

Capítulo 3

Una segunda investigación muestra también una conexión estrecha entre los estadios del desarrollo de la sedación y la estructura de los términos utilizados

Esas palabras únicas pueden expresar, uno tras otro, deseos, emociones o comprobaciones

El problema de la memoria es, ante todo, un problema de delimitación

La memoria de reconocimiento es muy precoz (existe, inclusive, en los invertebrados inferiores) y está necesariamente ligada a esquemas de acción o de hábito.

En cuanto a la memoria de evocación, que no aparece antes de la imagen mental, el lenguaje, etc., plantea un problema esencial: el de su independencia o su dependencia con relación al esquematismo general de las acciones y de las operaciones

La imagen que interviene en el recuerdo parece constituir una imitación interiorizada, lo que implica igualmente un elemento motor, la conservación de recuerdos particulares viene a inscribirse, sin dificultad, en ese posible cuadro de interpretación

Pero una de las primeras enseñanzas de los hechos recogidos es que, al nivel preoperatorio, las imágenes mentales del niño son casi exclusivamente estáticas, con dificultad sistemática para reproducir movimientos o transformaciones, así como sus resultados en sí, sólo al nivel de las operaciones concretas

Es pues, indispensable para el niño que pueda disponer igualmente de un medio propio de expresión

Al término del período senso-motor, el niño ha adquirido una capacidad suficiente, en dominio de la imitación así generalizada, para que se haga posible la imitación diferida

Pueden distinguirse, cuando menos, cinco de esas conductas, de aparición casi simultánea,

Un indicio está efectivamente indiferenciado de su significado, en el sentido de que constituye un aspecto una parte un antecedente temporal, un resultado causal, etc.

LA FUNCIÓN SEMIÓTICA O SIMBÓLICA

EL LENGUAJE

En el niño normal, el lenguaje aparece aproximadamente al mismo tiempo que las otras formas del pensamiento semiótico.
Lenguaje y operaciones

Hay una correlación sorprendente entre el lenguaje empleado y el modo de razonamiento

El niño de nivel preoperatorio comprende bien las expresiones de nivel superior cuando se insertan en órdenes o consignas ("Dale a aquél un lápiz mayor", etc.); pero no las utiliza espontáneamente

Cuando se le guía a utilizarlas, mediante un aprendizaje propiamente lingüístico, lo consigue, aunque difícilmente; pero ello sólo modifica un poco sus nociones de conservación

Esos resultados, unidos a los reseñados en el $ VI-3,parecen demostrar que el lenguaje no constituye la fuente de la lógica, sino que está, contrario, estructurado por ella

Ese esquematismo continúa luego desarrollándose y estructurando el pensamiento, incluso verbal, en función del progreso de las acciones, hasta la constitución de las operaciones lógico-matemáticas

Lenguaje y pensamiento

Si, en efecto, se comparan las conductas verbales con las senso-motoras, se observan grandes diferencias en favor de las primeras, mientras que las segundas se ven obligadas a seguir los acontecimientos sin poder sobrepasar la velocidad de la acción

Las adaptaciones senso-motoras están limitadas al espacio y al tiempo próximos

El lenguaje permite al pensamiento referirse a extensiones espacio-temporales mucho más amplias y liberarse de lo inmediato.

La inteligencia senso-motora procede por acciones sucesivas y progresivamente, mas el pensamiento consigue, gracias sobre todo al lenguaje, representaciones de conjunto simultáneas

Esos progresos de pensamiento representativo con relación al sistema de los esquemas senso-motores se deben, en realidad, a la función semiótica en su conjunto:

Evolución

Este comienza, tras una fase de balbuceo espontáneo y una fase de diferenciación de fonemas por imitación, por un estadio situado al término del período senso-motor, y que ha sido descrito, a menudo, como el de las "palabras-frases"

Desde el fin del segundo año se señalan frases de dos palabras; luego, pequeñas frases completas sin conjugaciones ni declinaciones, y después una adquisición progresiva de estructuras gramaticales.

LA MEMORIA Y LA ESTRUCTURA DE LOS RECUERDOS-IMÁGENES

El problema principal del desarrollo de la memoria es el de su organización progresiva.
Existen dos tipos de memoria

Evocación

Consiste en evocarlo en su ausencia, por medio de un recuerdo-imagen

Reconomiento

Sólo actúa en presencia del objeto ya encontrado y que consiste en reconocerlo

LAS IMÁGENES MENTALES

La psicología asociacionista consideraba la imagen como un prolongamiento de la percepción, y como un elemento del pensamiento, porque éste no consistía sino en asociar sensaciones e imágenes.
Desde el punto de vista genético, si la imagen prolongara, sin más, la percepción, debería intervenir desde el nacimiento, siendo así que no se observa ninguna manifestación de ello durante el período senso-motor, y parece iniciarse únicamente con la aparición de la función semiótica

Dos tipos de imágenes

Es necesario, ante todo, distinguir dos grandes categorías de imágenes mentales:

imágenes anticipadoras

Imaginan movimientos o transformaciones, así como sus resultados, pero sin haber asistido anteriormente a su realización (como es posible imaginar las transformaciones de una figura geométrica sin haberlas materializado aún en un dibujo).

Imágenes reproductoras

Se limitan a evocar espectáculos ya conocidos y percibidos anteriormente

Por sí mismas, pueden referirse a configuraciones estáticas, a movimientos (cambios de posición) y a transformaciones (cambio de forma), porque esas tres clases de realidades se ofrecen constantemente en la experiencia perceptiva del sujeto.

Los problemas de la imagen

En cuanto al problema de las relaciones entre la imagen y el pensamiento, tanto BINET como los psicólogos alemanes de la escuela de Wurzbourg, han mostrado la existencia de lo que ellos denominaban un pensamiento sin imagen: puede imaginarse un objeto

El juicio que afirma o que niega su existencia no es imaginado en sí mismo

Éste sólo se refiere a conceptos u objetos conceptualizados a título de clases singulares y subsiste, tanto en el adulto como en el niño

El problema que suscita la imagen en psicología de niño consiste entonces en seguir, en el curso del desarrollo, las relaciones entre el simbolismo imaginado y los mecanismos preoperatorios u operatorios del pensamiento

El DIBUJO

El dibujo es una forma de la función semiótica que se inscribe a mitad de camino entre el juego simbólico, del cual presenta el mismo placer funcional y el mismo autotelismo, y la imagen mental con la que comparte el esfuerzo de imitación de lo real
Luquet considera el dibujo como un juego; pero resulta que, incluso en sus formas iniciales, no asimila cualquier cosa, no importa cuál, sino que permanece, como la imagen mental, más próxima a la acomodación imitadora

El realismo del dibujo pasa, pues, por diferentes fases.

Realismo Intelectual

Viene luego el período esencial del "realismo intelectual", en que el dibujo ha superado las dificultades primitivas, pero proporciona esencialmente los atributos conceptuales sin preocupaciones de perspectiva visual

Realismo frustrado

O fase de incapacidad sintética, en que los elementos de la copia están yuxtapuestos, en lugar de coordinados en un todo: un sombrero muy por encima de la cabeza o los botones al lado del cuerpo.

Realismo fortuito

Llama "realismo fortuito" la de los garabatos, con significación que se descubre luego

EL JUEGO SIMBÓLICO

El juego simbólico señala, indudablemente, el apogeo del juego infantil. Corresponde, más aún que las otras dos o tres formas de juego que vamos también a examinar, a la función esencial que el juego llene en la vida del niño.
Obligado a adaptarse incesantemente a un mundo social de mayores, cuyos intereses y reglas siguen siéndole exteriores

Resulta indispensable a su equilibrio afectivo e intelectual que pueda disponer de un sector de actividad cuya motivación no sea la adaptación a lo real sino, por el contrario, la asimilación de lo real al yo, sin coacciones ni sanciones

Tal es el juego, que transforma lo real, por asimilación más o menos pura, a las necesidades del yo, mientras que la imitación es acomodación más o menos pura a los modelos exteriores, y la inteligencia es equilibrio entre la asimilación y la acomodación

Además, el instrumento esencial de adaptación es el lenguaje, que no es inventado por el niño, sino que le es transmitido en formas ya hechas, obligadas y de naturaleza colectiva, es decir, impropias para expresar las necesidades o las experiencias vividas por el yo.

Tal es el juego simbólico, que no es sólo asimilación de lo real al yo, como el juego en general, sino asimilación asegurada (lo que la refuerza) por un lenguaje simbólico construido por el yo y modificable a la medida de las necesidades

La función de asimilación al yo que cumple el juego simbólico se manifiesta bajo las formas particulares más diversas, en la mayor parte de los casos afectivas, sobre todo, pero a veces al servicio de intereses cognoscitivos

LA FUNCIÓN SEMIÓTICA Y LA IMITACIÓN

Los mecanismos senso-motores ignoran la representación y antes del transcurso del segundo año no se observa una conducta que implique la evocación de un objeto ausente.
Un significante indiferenciado no es aún, en efecto, ni un "símbolo" ni un "signo"; es, por definición, un "indicio"

Papel de la imitación

Siendo tales las primeras manifestaciones de la función semiótica, el problema que se plantea, ante todo, es comprender el mecanismo de su formación

El lenguaje mismo, que, contrariamente a las precedentes conductas, no es inventado por el niño, se adquiere en un contexto necesario de imitación (porque si se aprendiese sólo por un juego de condicionamientos)

La imitación es de inmediato una prefiguración de la representación, es decir, que constituye, en el curso del período senso-motor, una especie de representación en actos materiales

La adquisición del lenguaje, hecha accesible en esos contextos de imitación, cubre finalmente el conjunto del proceso, asegurando un contacto con los demás, mucho más potente que la simple imitación y que permite a la representación naciente aumentar sus poderes apoyándose en la comunicación.

La imitación, pues, constituye a la vez la prefiguración senso-motora de la representación y, en consecuencia, el término de paso entre el nivel senso-motor y el de las conductas propiamente representativas.

Aparición de la función semiótica

En el curso del segundo año aparece, por el contrario, un conjunto de conductas que implica la evocación representativa de un objeto o de un acontecimiento ausentes y que supone, en consecuencia, la construcción o el empleo de significantes diferenciados, ya que deben poder referirse a elementos no actualmente perceptibles tanto como a los que están presentes.

Evocación verbal

Cuando el infante dice "miau", sin ver ya al gato, existe representación verbal, además de imitación.

La representación se apoya exclusivamente (o acompañándose de una imagen mental) en el significante diferenciado constituido por los signos de la lengua en vías de aprendizaje.

La imagen mental

De la que no se encuentra huella alguna en el nivel senso-motor (si no fuera así, el descubrimiento del objeto permanente se facilitaría mucho) y que aparece como una imitación interiorizada.

Dibujo o imagen gráfica

Es, en sus comienzos, un intermediario entre el juego y la imagen mental, aun que no aparece apenas antes de los dos o de los dos años y medio.

El juego simbólico o juego de ficción

El infante inventa su primer juego simbólico, aparentando dormir, sentada y sonriendo ampliamente, pero cerrando los ojos, con la cabeza inclinada y el pulgar en la boca, asiendo un pico de la sábana que simula el de su almohada

En todos esos casos la representación es neta y el significante diferenciado es, de nuevo, un gesto imitador, pero acompañado de objetos que se han hecho simbólicos.

Imitación diferida

En una conducta de imitación senso-motora, el niño comienza por imitar en presencia del modelo (p. ej., un movimiento de la mano), después de lo cual puede continuar en ausencia de ese modelo, sin que ello implique ninguna represen tación en pensamiento.

Esta imitación diferida constituye un comienzo de representación, y el gesto imitador, un inicio de significante diferenciado.