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por leidy acevedo hace 7 años

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Iliada de Homero

Iliada de Homero

La Iliada de Homero

Concepto de héroe:los griegos enfocan al héroe con la virtud guerrera conocida como arete, la cual se vivencia a través del deber y el honor.

Inteligencia y personalidad fuerte ante los peligros.
Atractividad física: rubios, piel blanca, bellos
Ejemplo: Aquiles es el responsable de la muerte del mejor guerrero y príncipe de Troya: Hector.
fuerza, como capacidad para realizar actividades diferentes.

Personajes

DIOSES: AFRODITA, ANQUISES, APOLO,ARES,ARTEMIS, ATENEA, CRONOS, EOS, ESCAMANDRO, HADES,HEFESTO, HERA,HERMES,HORAS, IRIS, MOIRAS,MUSAS
PRINCIPALES: -AQUILES, AQUEOS,AGAMENÓN,HÉCTOR, PARIS, HELENA, MENELAO, DIOMEDES, AYAX, PATROCLO,ULISES, AMAZONAS, ANTÍLOCO, .AQUEOS, ASTIANACTE, BRISEIDA, CALCANTE,CASANDRA, CRISES,DARDARIANOS, DANAOS, DEÍFOBO, DOLON, ENEAS, EUFORBO, EUROPA, GANIMEDES, GLAUCO,HECABE, HECTOR, HELENA, LAOMEDONTE, LETO,MACAÓN, MENELAO,MINOS,NÉSTOR, ODISEO, PARIS, PATROCLO, URANO, TERSITES, TELAMÓN, TEUCRO, RESO, REA,PÁNDARO.

Enfrentamientos: la trama central del texto es causada porque Agamenón secuestra a Criseida y como consecuencia de esto tuvo que entregarla a su padre junto con la concubina de Aquiles Briseida. Aquiles quizás con mucho enojo decide no seguir luchando para los griegos.

Tras la muerte de Patroclo, Aquiles renuncia a su cólera y decide regresar a la batalla, dándole muerte a Hector, ademas arrastra su cadáver por Troya y se niega a que reciba los ritos funerarios.
En el canto XVI Aquiles le presta su armadura a Patroclo para que luchara en su lugar, y dieran tregua a la batalla.En esta lucha muere en manos de Héctor
Del canto I al X los troyanos se dieron cuenta y atacaron a los griegos forzandolos a retirarse de la batalla.

Motivo de la disputa:Todo inicia por que la diosa de la discordia Eris, suscita a una disputa entre las diosas Hera, Atenea y Afrodita para saber cuál era la más hermosa. Nombrando como juez a l troyano Paris.Este juez nombro vencedora a Afrodita, por ello Pais rapta a Helena y la lleva a Troya, dando origen a la guerra, que duraría diez años, aunque este príncipe no se destaca en el combat, como tal quien lleva el peso de la ciudad es su hermano Héctor.

Afrodita a Helena la mujer más bella del mundo.
Atenea la victoria en la guerra
Hera le ofreció el poder

Venganza: como consecuencia del motivo de disputa y los enfrentamientos hay venganza por recuperar el honor.

La cólera de Aquiles por la muerte de Patroclo, como resultado de esta venganza es la muerte de Héctor.
La disputa de Aquiles con Agamenón y las consecuencias de la ausencia de Aquiles en las luchas.
La venganza de Menelao a causa de la infidelidad de su esposa, como principal motor a la guerra de ciudad de Príamo.

La pérdida del Honor:Realmente es la principal situación por la que se vivenciaron todas luchas y batallas de la guerra de Troya. La perdida del honor es una acción que los héroes no aceptaban y por ello se mantuvo esta guerra por mucho tiempo.

El caballo de Troya como regalo de los griegos, pero en realidad fue la que provoca la caída de Troya.(Odisea de Homero)
La muerte de Aquiles, quien es matado por una flecha que lanza París en su talón.
Resignación y humillación del rey Príamo, porque le suplica a Aquiles por el cuerpo de su hijo Héctor.(Termina la Iliada con los funerales de Héctor)
La muerte de Héctor domador de caballos y príncipe de Troya.Matado por Aquiles y este arrastra el cadáver por los muros de la ciudad.
La infidelidad de Helena a Menelao por el destino de los dioses.

Género: Épica o epopeya

narrador omnisciente
uso epítetos y símiles
24 cantos o rapsodias
Versos:hexámetros
Gran numero de personajes-relación con la vida cotidiana
Presencia de batallas con seres sobrenaturales
Relatos historicos a nivel universal

La estructura:el canto XXIV inicia cuando Aquiles se encuentra triste y furioso por la muerte de su amigo Patroclo. Por tal razón asesina y arrastra a Héctor el príncipe de Troya. Y termina con el rescate del principe Hector.

Sepultura de Héctor-725—¡Esposo mío! Saliste de la vida cuando aún eras joven, y me dejas viuda en el palacio. El hijo que nosotros, ¡infelices!, hemos engendrado, es todavía infante y no creo que llegue a la juventud, antes será la ciudad arruinada desde su cumbre. Porque has muerto tú, que eras su defensor, el que la salvaba, el que protegía a las venerables matronas y a los tiernos infantes. Pronto se las llevarán en las cóncavas naves y a mí con ellas. Y tú, hijo mío, o me seguirás y tendrás que ocuparte en viles oficios, trabajando en provecho de un amo cruel; o algún aqueo te cogerá de la mano y te arrojará de lo alto de una torre, ¡muerte horrenda!, irritado porque Héctor le matara el hermano, el padre o el hijo; pues muchos aqueos mordieron la vasta tierra a manos de Héctor. No era blando tu padre en la funesta batalla, y por esto le lloran todos en la ciudad. ¡Oh Héctor! Has causado a tus padres llanto y dolor indecibles, pero a mí me aguardan las penas más graves. Ni siquiera pudiste, antes de morir, tenderme los brazos desde el lecho, ni hacerme saludables advertencias, que hubiera recordado siempre, de noche y de día, con lágrimas en los ojos. 760 Helena fue la tercera en dar principio al funeral lamento:—¡Héctor, el cuñado más querido de mi corazón! Mi marido, el deiforme Alejandro, me trajo a Troya, ¡ojalá me hubiera muerto antes! y en los veinte años que van transcurridos desde que vine y abandoné la patria, jamás he oído de tu boca una palabra ofensiva o grosera; y si en el palacio me increpaba alguno de los cuñados, de las cuñadas o de las esposas de aquéllos, o la suegra —pues el suegro fue siempre cariñoso como un padre—, contenías su enojo, aquietándolos con tu afabilidad y tus suaves palabras. Con el corazón afligido, lloro a la vez por ti y por mí, desgraciada; que ya no habrá en la vasta Troya quien me sea benévolo ni amigo, pues todos me detestan.
788Mas, así que se descubrió la hija de la mañana, Eos de rosados dedos, congregóse el pueblo en torno de la pira del ilustre Héctor. Y cuando todos se hubieron reunido, apagaron con negro vino la parte de la pira a que la llama había alcanzado; y seguidamente los hermanos y los amigos, gimiendo y corriéndoles las lágrimas por las mejillas, recogieron los blancos huesos y los colocaron en una urna de oro, envueltos en fino velo de púrpura. Depositaron la urna en el hoyo, que cubrieron con muchas y grandes piedras, amontonaron la tierra y erigieron el túmulo. Habían puesto centinelas por todos lados, para vigilar si los aqueos, de hermosas grebas, los atacaban. Levantado el túmulo, volviéronse: y reunidos después en el palacio del rey Príamo, alumno de Zeus, celebraron el espléndido banquete fúnebre.
704 Venid a ver a Héctor, troyanos y troyanas, si otras veces os alegrasteis de que volviese vivo del combate; porque era el regocijo de la ciudad y de todo el pueblo.
659Respondióle el anciano Príamo, semejante a un dios: — Si quieres que yo pueda celebrar los funerales del divino Héctor, obrando como voy a decirte, oh Aquileo, me dejarías complacido. Ya sabes que vivimos encerrados en la ciudad; la leña hay que traerla de lejos, del monte; y los troyanos tienen mucho miedo. Durante nueve días le lloraremos en el palacio, en el décimo le sepultaremos y el pueblo celebrará el banquete fúnebre, en el undécimo erigiremos un túmulo sobre el cadáver y en el duodécimo volveremos a pelear, si necesario fuere.
559-571 Mirándole con torva faz, le dijo Aquileo, el de los pies ligeros: —¡No me irrites más, oh anciano! Dispuesto estoy a entregarte el cadáver de Héctor, pues para ello Zeus envióme como mensajera la madre que me parió, la hija del anciano del mar.Tales fueron sus palabras. El anciano sintió temor y obedeció el mandato. El Pelida, saltando como un león, salió de la tienda; y no se fue solo, pues le siguieron el héroe Automedonte y Alcimo, que eran los compañeros a quienes más apreciaba después del difunto Patroclo. En seguida desengancharon los caballos y los mulos, introdujeron al heraldo del anciano, haciéndole sentar en una silla, y quitaron del lustroso carro los cuantiosos presentes destinados al rescate de Héctor.
144-159—¡Anda, ve, rápida Iris! Deja tu asiento del Olimpo, entra en Ilión y di al magnánimo Príamo que se encamine a las naves de los aqueos y rescate al hijo, llevando a Aquileo dones que aplaquen su enojo; vaya solo y ningún troyano se le junte. Acompáñele un heraldo más viejo que él, para que guíe los mulos y el carro de hermosas ruedas y conduzca luego a la población el cadáver de aquel a quien mató el divino Aquileo. Ni la idea de la muerte ni otro temor alguno conturbe su ánimo, pues le daremos por guía al Argifontes, el cual le llevara hasta muy cerca de Aquileo. Y cuando haya entrado en la tienda del héroe, éste no le matará, e impedirá que los demás lo hagan. Pues Aquileo no es insensato, ni temerario, ni perverso; y tendrá buen cuidado de respetar a un suplicante.Tal dijo. Levantóse Iris, de pies rápidos como el huracán, para llevar el mensaje; y llegando al palacio de Príamo, oyó llantos y alaridos. Los hijos, sentados en el patio alrededor del padre, bañaban sus vestidos con lágrimas; y el anciano aparecía en medio, envuelto en un manto muy ceñido, y tenía en la cabeza y en el cuello abundante estiércol que al revolcarse por el suelo había recogido con sus manos. Las hijas y nueras se lamentaban en el palacio, recordando los muchos varones esforzados que yacían en la llanura por haber dejado la vida en manos de los argivos. La mensajera de Zeus se detuvo cerca de Príamo y hablándole quedo, mientras al anciano un temblor le ocupaba los miembros, así le dijo:
171—Cobra ánimo, Príamo Dardánida, y no te espantes; que no vengo a presagiarte males, sino a participarte cosas buenas: soy mensajera de Zeus, que aun estando lejos, se interesa mucho por ti y te compadece. El Olímpico te manda rescatar al divino Héctor, llevando a Aquileo dones que aplaquen su enojo: ve solo y ningún troyano se te junte. Te acompañe un heraldo más viejo que tú, para que guíe los mulos y el carro de hermosas ruedas y conduzca luego a la población el cadáver de aquel a quien mató el divino Aquileo. Ni la idea de la muerte ni otro temor alguno conturbe tu ánimo, pues tendrás por guía al Argifontes, el cual te llevará hasta muy cerca de Aquileo. Y cuando hayas entrado en la tienda del héroe, éste no te matará e impedirá que los demás lo hagan. Pues Aquileo no es ni insensato, ni temerario, ni perverso; y tendrá buen cuidado de respetar a un suplicante.
120-128Así se expresó, y Tetis, la diosa de los argentados pies, no fue desobediente. Bajando en raudo vuelo de las cumbres del Olimpo llegó a la tienda de su hijo: éste gemía sin cesar, y sus compañeros se ocupaban diligentemente en preparar la comida, habiendo inmolado una gran de y lanuda oveja. La veneranda madre se sentó muy cerca del héroe, le acarició con la mano y hablóle en estos términos: —¡Hijo mío! ¿Hasta cuándo dejarás que el llanto y la tristeza roan tu corazón, sin acordarte ni de la comida ni del concúbito? Bueno es que goces del amor con una mujer, pues ya no vivirás mucho tiempo: la muerte y el hado cruel se te avecinan. Y ahora préstame atención, pues vengo como mensajera de Zeus. Dice que los dioses están muy irritados contra ti, y él más indignado que ninguno de los inmortales, porque enfureciendose retienes a Héctor en las corvas naves y no permites que lo rediman. Ea, entrega el cadáver y acepta su rescate.
77-88A sí se expresó. Levantóse Iris, de pies rápidos como el huracán, para llevar el mensaje; saltó al negro ponto entre la costa de Samos y la escarpada de Imbros, y resonó el estrecho. La diosa se lanzó a lo profundo, como desciende el plomo asido al cuerno de un buey montaraz en que se pone el anzuelo y lleva la muerte a los voraces peces. En la profunda gruta halló a Tetis y a otras muchas diosas marinas que la rodeaban: la ninfa, sentada en medio de ellas, lloraba por la suerte de su hijo, que había de perecer en la fértil Troya, lejos de la patria. Y acercándose Iris, la de los pies ligeros. Así le dijo:—Ven, Tetis, pues te llama Zeus, el conocedor de los eternales decretos.
67.Respondióle irritada Hera, la de los níveos brazos: —Sería como dices, oh tú que llevas arco de plata, si a Aquileo y a Héctor los tuvieráis en igual estima. Pero Héctor fue mortal y dióle el pecho una mujer; mientras que Aquileo es hijo de una diosa a quien yo misma alimenté y crié y casé luego con Peleo, varón cordialmente amado por los inmortales. Todos los dioses presenciasteis la boda; y tú pulsaste la cítara y con los demás tuviste parte en el festín, ¡oh amigo de los malos, siempre pérfido!
33 —Sois, oh dioses, crueles y maléficos. ¿Acaso Héctor no quemaba en honor vuestro muslos de bueyes y cabras escogidas? Ahora, que ha perecido, no os atrevéis a salvar el cadáver y ponerlo a la vista de su esposa, de su madre, de su hijo, de su padre Príamo y del pueblo, que al momento lo entregarían a las llamas y le harían honras fúnebres; por el contrario, oh dioses, queréis favorecer al pernicioso Aquileo, el cual concibe pensamientos no razonables, tiene en su pecho un ánimo inflexible y medita cosas feroces, como un león que dejándose llevar por su gran fuerza y espíritu soberbio, se encamina a los rebaños de los hombres para aderezarse un festín: de igual modo perdió Aquileo la piedad y ni siquiera conserva el pudor que tanto favorece o daña a los varones. Aquel a quien se le muere un ser amado, como el hermano carnal o el hijo, al fin cesa de llorar y lamentarse; porque las Moiras dieron al hombre un corazón paciente. Mas Aquileo, después que quitó al divino Héctor la dulce vida, ata el cadáver al carro y lo arrastra alrededor del túmulo de su compañero querido; y esto ni a aquél le aprovecha, ni es decoroso. Tema que nos irritemos contra él, aunque sea valiente, porque enfureciéndose insulta a lo que tan sólo es ya insensible tierra.
22. De tal manera Aquileo, enojado, insultaba al divino Héctor. Compadecidos de éste los bienaventurados dioses, instigaban al vigilante Argifontes a que hurtase el cadáver. A todos les placía tal propósito, menos a Hera, a Poseidón y a la virgen de los brillantes ojos, que odiaban como antes a la sagrada Ilión, a Príamo y a su pueblo por la injuria que Alejandro infiriera a las diosas cuando fueron a su cabaña y declaró vencedora a la que le había ofrecido funesta liviandad. Cuando desde el día de la muerte de Héctor llegó la duodécima aurora, Febo Apolo dijo a los inmortales:
12: Aquiles llora por su compañero querido Patroclo, por eso decide: "Nunca le pasaba inadvertido el despuntar de la aurora sobre el mar y sus riberas: entonces uncia al carro los ligeros corceles y atando al mismo cadáver de Héctor, arrastrábalo hasta dar tres vueltas al túmulo del dfifunto Menetíada, acto continuo volvía a reposar en la tienda, y dejaba el cadaver tendido de cara al polvo.

Argumento: narración de 51 días, que sucede durante el décimo y último año de la guerra de Troya.El hijo de Príamo, Paris, raptó a la esposa de Menelao, llevándola a Troya. Ante tal agravio, Agamenón,hermano de Menelao, convoca a todos los reyes griegos a una reunión, para comunicarles lo ocurrido; como resultado de ello se envió una expedición de guerreros capitaneados por valerosos jefes, como Aquiles, Ulises,entre otros, iniciándose así la guerra entre griegos y troyanos; fueron sangrientos.

Diomedes y Ulises
noche oscura
Tregua
luchas y guerras
París y Menelao
la lucha y el destino de los dioses
la cólera de Aquiles
el juicio de París