por Damian Condor hace 2 años
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325-394 d.C. En 325 d.C. se realizó un concilio ecuménico en Nicea que unificó las creencias y condenó las herejías, en particular el arrianismo, que sostenía que la segunda persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, no era de la misma naturaleza que el Padre. En 381 d.C., en el concilio de Constantinopla, se concluyó definitivamente que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una misma divinidad.