La participación ciudadana en el ámbito público surge de la tensión entre el poder estatal y la falta de poder de los ciudadanos, quienes buscan mayor influencia y control. En el contexto económico, el capitalismo es criticado por la explotación de la fuerza de trabajo, tratándola como una mercancía, lo que provoca contradicciones entre la producción colectiva y el disfrute privado de las riquezas.