af laura vanessa quevedo visbal 6 år siden
414
Mere som dette
El contexto educativo desde un punto de vista sistémico, está condicionado por la interacción del colegio, la familia y la sociedad. Cuando surgen los problemas, se intenta buscar las causas y los culpables lo que conduce a que cada uno de estos sistemas se defienda a sí mismo y tienda a descargar la culpa sobre el otro. De este modo, en el desarrollo de este proyecto se evitará cualquier tentación de culpabilizar y se enfocará la atención en la búsqueda de soluciones. La falta de espacio, las dificultades que plantean los alumnos de las zonas desfavorecidas, el excesivo número de alumnos por clase, la escasa base académica que poseen muchos alumnos que a pesar de no haber superado los niveles mínimos de Primaria y no haber agotado las repeticiones que legalmente tienen derecho, han ido promocionando a la Secundaria, el comportamiento conflictivo que muestra un importante número de alumnos que impiden el normal desarrollo de la clase, el elevado absentismo, etc. han dado como resultado un importante descenso en los niveles de rendimiento escolar muy acusado. Todo esto justifica la necesidad de poner en juego nuestra creatividad y corresponsabilidad para atender la diversidad sin dañar la comprensividad y ejercer como herramienta de compensación educativa. Aportando nuestro esfuerzo en mejorar el centro escolar desde la práctica y la reflexi
Las actividades principales son realizar planes de acción concretos, llevarlos a cabo y mantener el compromiso hacia el proyecto, comprobar periódicamente el progreso y superar los problemas.
La importancia de la interdisciplinariedad aparece con el propio desarrollo científico-técnico, que desembocó en el surgimiento de múltiples ramas científicas. Esta dinámica hizo que la necesidad de integrar situaciones y aspectos para generar conocimientos sea cada vez mayor. Pese a que el primero en mencionar este término fue Louis Wirtz (en 1937), recién se postuló una teoría
consistente en los ´70. Lo hizo Smirnov, al desarrollar las bases ontológicas y epistemológicas de este concepto. En dicho estudio determinó la importancia que tenía la integración social, y aseguró que para poder comprenderla realmente era necesario establecer una nueva forma de encarar el conocimiento
.
e trata de conseguir que los cambios dejen de ser una novedad y se conviertan en la forma habitual de hacer las cosas en el centro. Esto no es algo que se produzca de forma automática, ya que en muchas ocasiones los cambios tienden a desaparecer después del entusiasmo inicial.
Un IES con importantes problemas de convivencia y de rendimiento académico suele estar enclavado en una de tantas “zonas sur” que salpican nuestra provincia. La barriada o la población normalmente presenta bolsas de pobreza, paro, marginalidad, problemática social, analfabetismo, falta de emancipación de la mujer, familias sin expectativas hacia lo académico, etc. El porcentaje de alumnos que abandonan los estudios después de la edad de escolarización obligatoria es muy alto, así como los que no obtienen el Graduado en Educación Secundaria. Igualmente el absentismo escolar supone un problema agravado por el ambiente que se vive en la calle y la escasa preocupación de una parte de los padres por la educación de sus hijos (no es percibido como uno de sus mayores problemas ante la urgencia de otros que se presentan cotidianamente)
Consiste en la decisión de iniciar los cambios y desarrollar un compromiso con el proceso. Se tendrá que realizar un diagnóstico del estado actual del Centro fijado los ámbitos de mejora y la planificación del proceso.
Esta participación supone la mediación del formador basada en la interacción dialógica, horizontal, la relación entre pares, en el supuesto de que cada ser humano como sujeto cognoscente, construye y reconstruye su propio conocimiento. En otras palabras, interviene activamente para aprender, ello le permite transformar sus conocimientos y experiencias para desarrollar permanentemente sus competencias como profesional. Por consiguiente, el profesor del presente siglo debe reconocer la enseñanza y el aprendizaje como procesos inacabados y, por tanto, en permanente construcción. Sobre esta base, los procesos formativos del nuevo profesor poseen variadas aristas conjugadas en una serie de ámbitos, en tanto deben responder a las necesidades contextuales donde realiza su labor. Al respecto, asumimos la formación docente desde la complejidad (Morin, 2000; Perrenoud, 2004) y desde el constructivismo por cuanto se aspira incorporar activamente al estudiante en los procesos formativos.