Visión General de la Creatividad

Poder divino, poder humano

Dios es considerado, pues, el Creador por antonomasia (con mayúscula). Así
es como desde los comienzos de la Humanidad se ha expandido la idea de
que la creación es un atributo divino que, merced a la gracia de Dios, era

entregado como “un don” solamente a ciertos seres humanos considerados

por el resto como “elegidos”. Platón hablaba del artista como instrumento de



la divinidad y Sócrates creía que el don se poseía por inspiración de la divini-

dad, que era la que movía al creador.



Evidentemente, los humanos sólo podemos engendrar nuevas cosas a partir



de las cosas ya existentes.

¿Cómo definimos la creatividad?

“Creatividad es percibir, idear, expresar y convertir en realidad algo nuevo y valioso”.

La actitud creativa

El primer paso

para afrontar el reto que supone el acto de crear es tener la actitud adecuada.

La Psicología de la Creatividad considera que la actitud creativa está formada

por los siguientes componentes:

Instinto de la curiosidad.

La curiosidad es el primer motor de la creatividad. Sin curiosidad no hay búsqueda; y sin búsqueda, es casi imposible que se


produzca el hallazgo.

Inconformismo.

El creador es inconformista. Tiene actitud transgresora. No se conforma con las explicaciones y las soluciones consabidas y aceptadas por la sociedad establecida.


Se mueve con soltura y libertad a pesar de las posibles presiones y restricciones

de su entorno. Desarrolla ideas razonables en contra de la corriente social. Se

plantea sistemáticamente la posibilidad de mejorar lo existente con alternativas

nuevas. Tiene capacidad para analizar lo opuesto, para visualizar lo diferente,

para contrariar el juicio de la mayoría, para encontrar caminos diferentes.

Motivación

Un creador tiene alta motivación. Posee una fuerza interior constante que le
obliga a actuar hacia el cumplimiento de sus objetivos. Tiene la necesidad
de consolidar su identidad personal a través de la transformación positiva del



mundo que le rodea. Percibe los problemas o dificultades como un desafío y



los afronta con pasión.



La motivación del creador es una pulsión íntima e intrínseca que no depende



ni de ambientes ni de estímulos externos.

Iniciativa

No se puede crear sin tener iniciativa. Hace falta disposición personal para

idear y emprender actividades, para dirigir acciones, para protagonizar, pro-

mover y desarrollar ideas desde las primeras filas, para liderar equipos de trabajo. Gracias a su iniciativa, el creador logra que se promuevan ágilmente



actuaciones y se obtengan los recursos necesarios venciendo los obstáculos.



Tener iniciativa es, además, la garantía de que la toma de decisiones inherentes al proceso creativo se hará con la rapidez necesaria y no se perderán las oportunidades.

Profundidad

El creador es inconformista, pero esto no puede quedar en una simple actitud de rebeldía, debe ir más allá y profundizar en aquello que no le gusta y encontrar los porqués de esta situación. Esto a menudo implica riesgos. Tal como afirma Manuela Romo (1997), “los mecanismos mentales de la creación funcionan rompiendo las cadenas de la experiencia previa, reinterpretando las viejas preguntas que no han encontrado solución”.

Perseverancia

La perseverancia proporciona la capacidad de concentración necesaria para el
proceso creativo. Un efecto colateral de esta concentración suele ser la distorsión del tiempo; es bastante típico que un creador pueda estar largas horas concentrado en su obsesión y pierda la noción del tiempo real transcurrido.

Autoestima

La autoestima es un principio dinámico del crecimiento y el perfeccionamiento personal y se refuerza con los logros adquiridos. A mayor autoestima, mayor creatividad; a mayor creatividad, mayor autoestima.

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Las aptitudes creativas

La actitud creativa es condición necesaria pero no suficiente para la creatividad. Si no viene acompañada de las aptitudes adecuadas puede resultar estéril. Como veremos a partir del capítulo 7, las aptitudes creativas se pueden aprender y entrenar. Existen técnicas y métodos para ello.

Sensibilidad perceptiva

Es la capacidad de captar a través de los sentidos el mundo que nos rodea y las
distintas situaciones particulares, pero percibiendo detalles y matices que no
todo el mundo ve. Es la capacidad de atender convenientemente los estímulos

y alertas sensoriales.

Detección y delimitación de problemas

La capacidad de
detectar y delimitar un problema importante donde la mayoría de personas
sólo ve normalidad o problemas insignificantes es una habilidad fundamental de las personas creativas. Es una consecuencia directa de su mayor sensibilidad perceptiva y su capacidad de intuir alternativas. De la misma manera que un científico debe partir de una hipótesis inicial para desarrollar, un creador debe partir de la detección de algo a solucionar o, como mínimo, mejorar.

Análisis de los problemas

Una vez tenemos el problema bien identificado, el siguiente paso es analizarlo.
De esta manera podremos comprender su amplitud y lo podremos solucionar.
Para el análisis vamos a precisar unas aptitudes concretas que detallaremos en los sucesivos subapartados.

Capacidad intuitiva

La intuición nos permite visualizar y comprender un conjunto a partir de un
solo fragmento, nos da la capacidad espontánea de contrastar las situaciones nuevas con la experiencia acumulada y establecer en milésimas de segundo propuestas razonables de actuación.

Reconocimiento de pautas

El cerebro

humano es una máquina de reconocimiento de patrones. De manera a menudo inconsciente, tenemos almacenado un gran conjunto de patrones y pautas percibidos a lo largo de nuestras vivencias. Frente a una situación conflictiva nueva, nuestro hemisferio cerebral derecho (mente intuitiva) busca instantáneamente patrones de similitud con experiencias anteriores para establecer asociaciones que permitan determinar urgentemente maneras de afrontar la situación.

Perspicacia

También forma parte de la intuición. Proporciona la comprensión profunda
de una situación y nos advierte de cuáles son los datos más relevantes en medio de la pluralidad de datos. Mientras que las personas perspicaces van directamente al grano y al núcleo de un problema, las personas que no son perspicaces se pierden en lo accesorio y en lo irrelevante.

Racionalización

Es el poder de la función analítica y lógica del cerebro humano, la capacidad
de deducir e inducir. La capacidad de optimizar el uso de los recursos y simplificar los procesos.

Flexibilidad mental

Para eludir las dificultades, barreras, bloqueos y fijaciones mentales nos hace
falta la capacidad de saber cambiar de enfoque y reestructurar los conceptos. La flexibilidad mental es requisito imprescindible para el pensamiento divergente.

Fluidez mental

Es la capacidad para producir en poco tiempo ideas y soluciones alternativas
en cantidad y calidad de una manera permanente y espontánea. Lo que Max Wertheimer (1945) denomina pensamiento productivo. En el Anexo III hemos reproducido un ejemplo de magnífica fluidez mental de un estudiante de Física de principios de Siglo XX.

Planificación de soluciones para los problemas

Acabamos de nombrar las principales aptitudes que nos servirán para analizar correctamente un problema. El siguiente paso va a planificar cómo resolverlo.

Autoconocimiento

La conciencia objetiva de las fortalezas y carencias propias es un paso obligado para mejorar la capacidad creativa. Se trata de eludir las carencias para que no entorpezcan el proceso y potenciar las fortalezas para conseguir mayor eficacia. Debería ser la base sólida sobre la que asentar la autoestima.

Autonomía (independencia)

El creador debe formarse sus propios juicios y actuar con autonomía personal
e independencia del ambiente. Debe tener la capacidad de comprender, formular y realizar sus tareas profesionales según propia iniciativa y sin ayudas externas. La autonomía se basa en la capacidad de autoaprendizaje y crecimiento personal a partir del bagaje educacional y vivencial acumulado.

Dominio del campo de actividad

Aunque podemos (y debemos) aplicar nuestra actitud creativa en todos los
terrenos, debemos ser conscientes de que es difícil que obtengamos resultados
igual de buenos en aquellos campos del saber que no dominamos.

Así pues, la acumulación de estudios y experiencias del campo de actividad concreto es básica, incluso para Teresa M. Amabile (1998) es (junto a la motivación y las estrategias mentales) uno de los tres pilares básicos de la creatividad.

Inventiva

Es la capacidad de descubrir utilidades y funcionalidades poco habituales de
los objetos y de las herramientas disponibles, de crear nuevos métodos sobre la marcha. Se basa en la imaginación productiva, en el ingenio. Nos proporciona la resolución eficaz de los problemas con los recursos disponibles, superando fijaciones en las funciones habituales de los objetos y las herramientas. Requiere grandes capacidades en poder de abstracción, imaginación, análisis y síntesis.

Capacidad de innovación

La capacidad de descubrir relaciones entre experiencias antes no relacionadas, que se manifiestan en forma de nuevos esquemas mentales, como experiencias, ideas y procesos nuevos”.

Originalidad

La creatividad es una
disposición hacia la originalidad”.
La búsqueda de la originalidad proviene de la necesidad psicológica de diferenciarse de los demás, de asumir que todos somos individuos distintos. Aun así, puede partir de una imitación de algo existente pero no se limita ni termina en ello. Busca la producción de respuestas atípicas, que se aparten de lo habitual y sean estadísticamente infrecuentes. Para ello considera los objetos y sus relaciones con las personas y el entorno bajo un nuevo ángulo hasta encontrar asociaciones novedosas, insólitas pero adecuadas y pertinentes para la resolución del problema planteado.

Capacidad de elaboración

Todas las aptitudes mencionadas hasta ahora son los pasos previos a la resolución del problema, pero crear no es sólo imaginar. Para culminar el proceso creativo hace falta llevar el impulso conceptual creativo hasta la realización de un producto o servicio. Pasar del concepto de partida al resultado final. El creador debe tener aptitudes para planificar, desarrollar y ejecutar proyectos que conviertan las formulaciones teóricas en soluciones y actuaciones decisivas.

El proceso Creativo

Las etapas del proceso creativo consisten en: 1) detectar un problema, una
necesidad, una insatisfacción, una insuficiencia o una molestia; 2) presentarlo
a la mente con claridad (ya sea imaginándolo, visualizándolo, suponiéndolo,

meditándolo, analizándolo o contemplándolo) y luego 3) originar una idea,



concepto, noción o esquema para solucionarlo según acciones nuevas no con-

vencionales. Supone estudio y reflexión seguidos de una evaluación y una



realización final.

Etapas del proceso creativo

Detección de la dificultad o problema (Dewey)

2. Definición y delimitación del problema (Dewey)

3. Preparación. Revisión de toda la información disponible (Wallas, Rossman)

4. Si falta información, buscarla (Guilera)

5. Generación de ideas. Formulación de distintas soluciones alternativas (apli-

cando estrategias mentales y técnicas de creatividad) (Dewey)

6. Si las ideas no vienen, incubar el problema (Poincaré, Wallas)

7. Iluminación. Aparición de una nueva idea (Poincaré, Wallas)

8. Desarrollo de las ideas. Esbozos, maquetas, pruebas pilotos, proyectos com-

pletos cuando sea preciso (Guilera)

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9. Evaluación crítica de las soluciones propuestas. Comparativa de ventajas y

desventajas (Dewey, Wallas, Rossman)

10. Si no hay soluciones válidas, volver a etapa 2 (Guilera)

11. Si hay soluciones válidas, aceptarlas y perfeccionarlas (Dewey, Rossman.)

Los resultados creativos

Con gran frecuencia, el resultado de un proceso creativo proviene del hecho
que el creador ha tenido una sensibilidad especial para detectar un problema


o una capacidad de mejora donde la mayoría de personas sólo detectaba nor-

malidad. Este sería, por ejemplo, el caso de la invención de la fregona o de los



caramelos con palito (lollipop, chambelona, piruleta, chupa-chups, etc.).

Es original

Es una idea, proceso o producto único, diferente de sus similares. Se detecta porque provoca una emoción de sorpresa que suele manifestarse con una exclamación con la vocal “a”. “¡Aaah!” para las creaciones artísticas, “¡Ajá!”

para los descubrimientos técnicos y científicos, y “¡Ja, ja!” para los hallazgos

del humor.

Tiene valor de uso

Al menos por un período determinado de tiempo y para toda la comunidad
humana o una parte de ella. Si sólo satisface a su autor, entraríamos en el eterno debate sobre el valor subjetivo de las creaciones artísticas o en la consideración de que, a veces, un creador se anticipa en exceso a las necesidades percibidas por su sociedad y cae en la incomprensión de sus contemporáneos.

Tiene viabilidad tecnológica

Se puede elaborar con las tecnologías existentes, las ya consolidadas o las

emergentes. Si no existen tecnologías suficientemente avanzadas para cons-

truir lo que imaginamos, estamos condenados al fracaso. Si, para poner un



ejemplo disparatado, queremos montar una agencia de viajes basada en la

teletransportación de los cuerpos, a día de hoy lo tendremos mal.