Concepto de salud – enfermedad y niveles de prevención

El concepto de salud – enfermedad, ha ido evolucionado a través de los tiempos, a esto se le conoce como Paradigmas de la salud, los cuales originan una recapitulación histórica sobre los modelos conceptuales de la salud – enfermedad

Es el más cercano a la población, o sea, el nivel del primer contacto. Esta dado, en consecuencia, como la organización de los recursos que permite resolver las necesidades de atención básicas y más frecuentes, que pueden ser resueltas por actividades de promoción de salud, prevención de la enfermedad y por procedimientos de recuperación y rehabilitación. Es la puerta de entrada al sistema de salud. Se caracteriza por contar con establecimientos de baja complejidad, como consultorios, policlínicas, centros de salud, unidades de salud, clínicas comunales, Ecos, etc.

Se ubican los hospitales y establecimientos donde se prestan servicios relacionados a la atención en medicina interna, pediatría, gineco – obstetricia, cirugía general y psiquiatría. Se estima que entre el primer y el segundo nivel se pueden resolver hasta 95% de problemas de salud de la población. Por ejemplo: Hospital San Rafael, Santa Ana, San Miguel

Se reserva para la atención de problemas poco prevalentes, se refiere a la atención de patologías complejas que requiere procedimientos especializados y de alta tecnología. Su ámbito de cobertura debe ser la totalidad de un país, o gran parte de él. En este nivel se resuelven aproximadamente 5% de los problemas de salud que se planteen. Por ejemplo: Hospitales Bloom, Rosales y Maternidad.

El primero en aparecer fue el “paradigma mítico mágico de las culturas primitivas” o el “Paradigma mágico – religioso”, basado en que todas las enfermedades era por no poseer el favor de los dioses o como castigo al pecado humano, por lo que, salud era tener el favor de estos.
Otro paradigma fue el sanitarista o también conocido como el paradigma del “Miasma”, utilizado en el siglo XVII hasta principios del siglo XIX. Este se basaba en la morbimortalidad de las poblaciones estaba determinada por contaminaciones del agua, aire y tierra, que ya habían propuesto filósofos griegos como Tales de Mileto, Anaxímenes y Aristóteles.
Los aportes realizados a la salud pública, durante este paradigma sanitarista, fue la implementación de medidas de saneamiento ambiental

Continúo la Era de las enfermedades infecciosas, alcanzando la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. Basada en el paradigma del “germen”: agentes específicos se relacionaban como enfermedades específicas. Este paradigma aporto a la salud pública, el descubrimiento de agentes bacterianos fue el principal aporte a la investigación epidemiológica, lo que permitió el desarrollo de la investigación científica experimental y las vacunas. Como por ejemplo: Leptospirosis (L. Pasteur, 1865); aislamiento del bacilo de la tuberculosis (R. Koch, 1882)

Era de las enfermedades crónicas, con auge en la segunda mitad del siglo XX. Después de la segunda guerra mundial, empezaron a tomar auge padecimientos como cáncer, enfermedades coronarias y gástricas, donde no se conocían agentes etiológicos específicos. Paso de ser una causa de la enfermedad unicausal a una multicausal, conocida también como la “caja negra” donde los agentes de exposición se mezclaban con los eventos de interés sin explicación de la patogénesis especifica; como por ejemplo: guerras, bombardeos, incendios, sequia, hambruna, afectando la salud humana y no solo factores microbianos.

Posteriormente, surge en el año 1952, el concepto de salud dado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), completo bienestar físico, mental y social, y no solo como la ausencia de afecciones o enfermedades, que permite comprender la salud no solamente desde los equilibrios biológicos, si no como un sistema de valores, como noción que la gente usa para interpretar sus relaciones con el orden social

Durante el periodo que va desde la posguerra hasta la actualidad, la epidemiologia postulo la existencia de múltiples causas para cada proceso patológico. El peso causal de cada factor dependía de su cercanía con el presunto efecto, convirtiendo la causa de una enfermedad en un complejo o red de factores que podían intervenir, buscando factores de riesgo. Por lo que en el periodo de 1970 a 1980, la OMS, define los determinantes de la salud como un conjunto de factores personales, sociales, económicos y ambientales que determinan el estado de salud de los individuos o poblaciones.

Se vivía en la cresta de la revolución científica y tecnológica que había comenzado al final de la segunda guerra mundial y que determinaría, junto a otros grandes cambios, lo que hoy se conoce como “globalización”. Sin embargo, ya se reconocían las grandes y crecientes desigualdades e injusticias sociales en las condiciones de vida, así como la pobreza y el abandono de sectores mayoritarios de la población. Por lo que en el año de 1978 en la Conferencia Internacional de Atención Primaria de Salud realizada en la ciudad de Alma – Ata, Kazajistán, se establecen la famosa declaración de Alma – Ata, considerando la necesidad de una acción urgente por parte de todos los gobiernos, de todo el personal de salud y de desarrollo y de la comunidad mundial para proteger y promover la salud de todos los pueblos del mundo.

Con el tiempo las naciones unidas, en el año 2000, generaron los objetivos de desarrollo del milenio, los cuales buscaban ser pilares en la forma de actuar de la política o gobiernos mundiales para el cuido de la salud, al no ser alcanzados en ese periodo de tiempo, en el 2015, se adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que contienen la agenda global más ambiciosa aprobada por la comunidad internacional para movilizar la acción colectiva en torno a objetivos comunes. Si bien se proponen luchar contra la pobreza extrema, integran y equilibran tres dimensiones esenciales del desarrollo sostenible como son la economía, la social y la ambiental, proporcionando una valiosa hoja de ruta para articular la formulación de políticas mundiales.