COMO FERMENTO EN LA FAMILIA HUMANA DE HOY
¿A quién va dirigido?
A los adolescentes y jóvenes de la Familia Salesiana en el mundo
A los grupos de la Familia Salesiana
El reino de Dios sigue creciendo en nuestro mundo, entre luces y sombras
El reino viene con Jesús mismo, su presencia, su palabra Él, el Verbo hecho carne, su modo de vivir con la gente, mezclándose con personas.
Es Jesús mismo quien actúa como levadura entre la gente más común.
Estamos llamados a abrir nuestros ojos y nuestros corazones al modo de actuar de Dios.
A veces nuestra contribución humana o nuestro pequeño esfuerzo pueden parecer insignificantes, pero siempre son preciosos ante Dios.
Es poco lo que podemos hacer frente a lo mucho que se requiere de nosotros. Sin embargo, nunca es «insuficiente» o irrelevante, porque es Dios quien nos hace crecer.
El laico: ese cristiano que «santifica el mundo desde dentro»
Ese cristiano comprometido que «santifica el mundo desde dentro».
Nuestra existencia está como entretejida
En todos y cada uno de los deberes y ocupaciones del mundo.
En las condiciones ordinarias de la vida familiar y social
En el desempeño de una propia profesiòn guiados por el espìritu evangélico.
Es una respuesta vocacional que nos hace presentes como signos y testimonios, dialogando y ofreciendo el servicio humilde.
Desde y en la misma vida laical
Armonizar la legítima autonomía del hombre con la validez, autenticidad y coherencia de la fe cristiana.
Contribuir
Al bien de la sociedad y del mundo.
A mejorar la vida de las personas de nuestro entorno.
A la santificación del mundo como desde dentro, a modo de
fermento.
Ejercitarnos en un modo de hacer lectura creyente de la realidad que cuente con los demás, promoviendo el diálogo con los otros.
Fundar, promover y sostener los valores evangélicos en la sociedad y en la historia, contribuyendo al establecimiento del reino de Dios en el aquí y ahora.
A la sombra de un gran árbol con espléndidos frutos.
La encarnación del carisma se ha ido manifestando en una gran pluralidad de estados de vida y de formas.
Hombres y mujeres, jóvenes y adultos, consagrados y laicos, obispos y misioneros que, en contextos diversos.
Han hecho brillar con luz propia el carisma salesiano.
Han llenado su vida con la levadura del amor, un amor que se entrega por completo, fiel a Jesucristo y a su Evangelio.
Son testimonio cristiano
Significado profundo de la Familia Salesiana: un vasto movimiento apostólico para la salvación de los jóvenes.
La levadura del reino
Trabaja silenciosamente, desde adentro.
Imagen simbólica de la fecundidad y del crecimiento propios del reino de Dios.
Una porción de harina se duplica o triplica con la adición de una pequeña porción de levadura.
Es el único ingrediente vivo y, por estar vivo, tiene la fuerza para influir, condicionar y transformar toda la masa.
La familia humana necesita hijos e hijas responsables
Es una invitación a sentirnos solidarios y adentrarnos sin miedo en este tiempo que nos toca vivir.
Los desafíos que parecen crecer cada vez más en intensidad.
El yo y el nosotros solo pueden existir y vivir bien juntos.
Construcción de esta familia humana para que el mundo sea más habitable, más justo, más fraterno.
No podemos dejar para mañana el bien que tenemos que hacer hoy.
Profundizar y reconocer la riqueza de ser parte de esta Familia.
La Familia de Don Bosco llamada a ser levadura
Nacimos carismáticamente como comunidad y como comunión de personas de distinta procedencia social, estado de vida, perfil profesional...
Unidos por una misma misión
La salvación de los jóvenes
La transformación de la sociedad
Solo viviendo en comunión podremos hacer algo significativo hoy.
La comunión en el espíritu de familia es el gran don que tenemos con nosotros y que hemos heredado.
Nuestros JÓVENES como LEVADURA en el mundo de hoy
Los JÓVENES estan llamados a
Recoger la antorcha de manos de los mayores.
Vivir en el mundo en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia.
Formar la sociedad de mañana, recogiendo lo mejor del ejemplo y las enseñanzas de sus padres y maestros.
¡Construir con entusiasmo un mundo mejor que el de nuestros mayores!
Estos desafíos nos ponen en la encrucijada de aceptar o rechazar una vida exigente y apasionante en la que poner todas nuestras fuerzas y energías según el sueño de Dios para cada uno.