EL PAPEL DEL JUEGO EN EL DESARROLLO DEL NIÑO.

El niño satisface ciertas necesidades a través del juego.

La imaginación constituye un nuevo proceso psicológico para el niño; éste no está presente en la conciencia de los niños pequeños. Representa una específicamente humana de actividad consciente.

No existe juego sin reglas.

El juego que comporta una situación imaginaria es, de hecho, el juego provisto de reglas.

La situación imaginaria de cualquier tipo de juego contiene ya en sí ciertas reglas de conducta.

Aquello que en la vida real pasa inadvertido para el niño, se convierte en una regla de conducta de juego.

Profundo vínculo entre la percepción y el significado puede observarse en el proceso del desarrollo del lenguaje en los niños.

La acción, de acuerdo con las reglas, está determinada por las idea, no por los objetos en sí mismos.

Para el niño el objeto domina en la relación objeto/significado.

El mayor autocontrol del que es capaz un niño se produce en el juego.

El prototipo en el juego: la espontaneidad y la libertad.

El juego brinda al niño una nueva forma de deseos.

La acción interna y externa son inseparables, la imaginación, interpretación y voluntad son procesos internos realizados por la acción externa.

El juego es un factor básico en el desarrollo de la infancia.

Del mismo modo que toda situación imaginaria contiene reglas de conducta, todo tipo de juego con reglas contiene una situación imaginaria.

La influencia del juego en el desarrollo del niño es enorme.

Jugar en una situación imaginaria resulta imposible para un niño menor de tres años.

Factor básico de conocimiento característico de la primera infancia: la fusión de los impulsos y la percepción. Toda percepción es un estímulo para la actividad.

En el juego las cosas pierden su fuerza determinante.

La acción en una situación imaginaria enseña al niño a guiar su conducta no sólo a través de la percepción inmediata de objetos o por la situación que le afecta de modo inmediato, sino también por el significado de dicha situación.

En el juego el pensamiento está separado de los objetos y la acción surge a partir de las ideas más que las cosas: un trozo de madera se convierte en una muñeca y un palo en un caballo.

La estructura de la percepción humana podría expresarse de modo figurativo como una proporción en la que el objeto es el numerador y el significado es el denominador (objeto/significado).

La afirmación de Goethe de que en el juego cualquier cosa puede convertirse en cualquier cosa es totalmente incorrecta.

El atributo esencial del juego es una regla que se ha convertido en deseo.

Respetar las reglas es una fuente de placer: regla de autolimitación.

En un niño de edad preescolar, la acción domina en un principio sobre el significado, siendo comprendido sólo a medias.

De la proporción acción/significado por la de significado/acción.

La acción es la esfera imaginativa, la creación de propósitos voluntarios.