La multiplicidad de criaturas
revela la existencia de perfecciones diversas y, al mismo tiempo, muestra una perfección común a todos los entes, que es el (ESSE).
El ser trasciende cualquier otra perfección.
Todo acto presupone el ser y lo manifiesta, si bien de un modo
distinto.
Los entes tienen un acto (el ser), por el que son
entes.
Existe una diferencia capital entre el acto de
ser y los demás actos de los entes (formas sustanciales y
accidentales).
Análogamente:
El acto de ser de las criaturas
-semejanza del ser divino- se encuentra limitado por una
potencia (la esencia) que degrada su plenitud de perfección.
El acto de ser es el acto en sentido lleno y
propio, porque no incluye en sí ninguna limitación.
Se comprende así que Dios pueda ser denominado metafísicamente como Acto puro de Ser, que contiene en plenitud y simplicidad toda la perfección parcialmente dispersa entre las criaturas, y sobreabunda infinitamente toda la perfección del universo entero
El ser puede designarse con propiedad acto último
del ente, porque todas las cosas y cada una de sus perfecciones o actos no son más que modos de ser, formas que poseen limitadamente (por participación) el acto radical sin el que nada serían.
Recogemos ahora tres argumentos:
1) Por la limitación de las criaturas.
2) Por la multiplicidad de los entes creados.
3) Por la semejanza de los entes entre sí.
Esto sólo es posible si la esencia y el acto de
ser -únicos principios constitutivos que afectan a todas las
criaturas- son realmente diversos.
El punto de encuentro entre la criatura y su Creador es el ser
La plena subordinación de la
realidad finita al Ser subsistente. Esa sujeción es:
Radical
Total y omnicomprehensiva
Intimísima
La composición esencia-acto de ser es de un orden
trascendental, porque acompaña necesariamente a todos los
entes creados, materiales y espirituales.
El ser y la esencia, principios inseparables de los entes
Dios, al crear, produce entes de la nada, es
decir, un acto de ser limitado por su propia esencia; no dos cosas diversas, que primero hace y después une, sino una sola cosa, limitada y, por tanto, compuesta de potencia (esencia) y acto (esse).
La noción de esse como acto último y la composición de
ser y esencia, característica de toda criatura, constituyen
uno de los temas primordiales de la metafísica y de la teología de Santo Tomás.
1. Naturaleza metafísica de Dios.
2. La distinción entre Dios y las criaturas.
3. Semejanza de la criatura con Dios y conocimiento del Creador.
4. Dependencia absoluta de todos los entes con respecto a Dios.
5. La distinción entre la criatura espiritual y material.
El ser, mantenido hasta ahora como una adherencia extraña en un mundo de esencias, se ve definitivamente sustituido por el acto de la razón que da inteligibilidad a las esencias y les otorga la única realidad que la inmanencia admite: la realidad pensada.