Considera la experiencia sensible como la única fuente de nuestros conocimientos.
Opuesta a la tesis del racionalismo (según la cual el pensamiento, la razón, es la verdadera fuente del conocimiento).
La conciencia cognoscente no saca sus contenidos de la razón, sino exclusivamente de la experencia.
Doctrina filosófica
del griego, εμπειρία: experiencia.
Ya en la antigüedad tropezamos con ideas empiristas. Las encontramos primero en los sofistas y más tarde especialmente entre los estoicos.
La comparación del alma con una tabla por escribir de los estoicos es un ejemplo recurrente cuando se habla del empirismo.
El desarrollo sistemático del empirismo es obra de la Edad Moderna y en especial de la filosofía inglesa de los siglos XVII y XVIII.
Su fundador es John Locke (1632-1704)
Hay una experiencia externa (sensación) y una experiencia interna(reflexión)
Las cualidades sensibles de las cosas son ideas simples.
La idea de las cosas es una idea compleja, porque es la suma de las propiedades sensibles.
David Hume (1711-1776)
Condillac (1715-1780)
Hay impresiones de la sensación y la reflexión.
La impresión es la viva sensación de lo que oímos, vemos, tocamos, etc.
Hay verdades que son por completo independientes de la experiencia y por tanto universalmente validas. A ellas pertenecen ante todo las verdades de la matemática.
Todas las ideas proceden de impresiones y no son nada más que copias de las impresiones.
Las ideas son kas representaciones de la memoria y de la fantasía y surgen gracias a las impresiones.
Sensualismo.
Solo hay una fuente de conocimiento: la sensación.
Empiristas y racionalistas coinciden al afirmar que, para conocer el mundo se ha de partir del propio sujeto, no de la realidad en sí.
Los objetos del conocimiento humano son o ideas impresas realmente en los sentidos, o bien percibidas mediante atención a las pasiones y a la operaciones de la mente o, finalmente, ideas formadas con ayuda de la imaginación y de la memoria.
Aduce que todo el mundo material es sólo representación. Sólo existe el yo espiritual, del que tenemos una certeza intuitiva.