Ricardo Santillan

Sobre el amor, mi vida ha tomado varios caminos que todos desembocan en un charco. Es como una montaña rusa, diferentes sensaciones y sentimientos.

En la primaria sentí por primera vez lo que era estar atraído por una niña. Por primera vez me sentí "enamorado". Tuve mi primer "novia".

En la secundaria creí haber conocido al amor de mi vida. Primeras salidas, primeros encuentros.

La misma chica que conocí en la secundaria, transitó por mi vida mientras yo estaba en CCH. La ruptura definitiva.

¿Cómo iniciar describiendo una familia repleta de amor y cariño incomparable? Nací y crecí en el núcleo de una familia muy unida, las carencias afectivas no tenían lugar. Rodeado de dos abuelitos, 5 tíos y mi mamá.Mi infancia fue maravillosa, no me faltó nada, ni en la actualidad pienso que me haya sido falta algo.Vivo con mi mamá y mi hermano de 15 años. Mi hermano representa mucho para mí, recuerdo sus primeros años, cuando de bebé lo cuidaba, cuando me tocaba darle de comer o cambiarle el pañal, agradezco a la vida por estar con él desde que nació. Sé que soy su ejemplo a seguir y quizá yo sea la figura paterna más cercana que tiene, alguien que lo pueda escuchar y aconsejar, interpretar su realidad.Mi abuelita Carmen y mi abuelito Luciano (mamá y papá de mi mamá), considerados por mi como figura materna y paterna respectivamente porque gran parte de mi niñez, estaba con ellos muy de cerca, cuando me quedaba en casa mientras mi mamá trabajaba, mi abuelita era quien me acompañaba a la escuela, me daba de comer y me despertaba temprano cuando tenía que irme a la primaria. Los recuerdo con mucho amor, también un ejemplo con mucho peso, me siento orgulloso de ser su nieto. Siento tristeza al ya no tenerlos conmigo, al no poder abrazarlos, al saber que no puedo contarles sobre mi vida, al no poderles pedir un consejo. Hacen mucha falta en esta familia.

Mis abuelos maternos.Mis abuelito Luciano y mi abuelita Carmen.

Vivo con mi mamá y mi hermano de 15 años.

Mis tíos, hermanos de mi mamá. Arturo, Carlos, Eduardo, Ricardo, Ernesto y Héctor.Cada uno de ellos me han acompañado en cada etapa de mi corta vida.

Por lo poco que logro acordarme del kínder, me da sentimiento, pues en esos años todo estaba en “orden”, todo era tranquilidad. Me brotan los recuerdos de mi abuelita, mi mamá o alguno de mis tíos llevándome a la escuela, los festivales del día de las madres, las clases de inglés, los sándwiches que me hacía mi mamá, los libros de cuentos, los juguetes, las inocentes carcajadas, los primeros compañeros de clase, los dibujos, las canciones infantiles… La primaria en donde yo iba, me quedaba cerca de donde vivo. Estudié en la primaria “Carmen Arroyo de la Parra” en el turno matutino, una escuela de tres niveles, con un patio grande, o al menos yo lo recuerdo grande. En la primaria conocí y tuve amigos con los que hasta hora sigo teniendo comunicación, en realidad sólo con algunos, no todos.La etapa de la secundaria y el CCH las recuerdo con nostalgia, el inicio de una adolesencia que conforme pasa el tiempo, la distancia se hace más colosal.

Este ejercicio me ha ayudado a pensar y reflexionar sobre qué es lo que quiero hacer de mi vida, ubicarme, saber qué rumbo tomar y ver en retrospectiva para no cometer los mismos errores no cargar con ellos.