En latín significa instrucción, saber relacionado con el arte de escribir o leer y también gramática, alfabeto y erudición. Este concepto se extendió hasta el siglo XVIII.
En la segunda mitad del siglo XVIII se produce una profunda evolución semántica de la palabra, esta pasa a designar una actividad específica y la producción resultante. Se comienza a hablar de la obra literaria, y continúa hasta llegar a designar el conjunto de obras literarias de un país (por eso se le agrega el adjetivo "española", "francesa", etc.
A finales del siglo la evolución termina por designar el fenómeno literario en sí, y se habla de literatura como creación estética, lo que la separa para siempre de los escritos científicos, jurídicos, históricos y filosóficos.
Es un derivado del término latino litteratura que a su vez deriva del griego gramatiqué. Del latín derivó a las lenguas europeas con formas muy parecidas; español: literatura, inglés: literatura, francés: littérature, italiano: letteratura.
Literatura como sinfronismo: esta teoría intenta sustraer a la obra literaria de su espacio y su tiempo para enfrentarla a los lectores de cualquier época y lugar.
Literatura como compromiso: opera sobre el mensaje, el escritor tiene el compromiso, según Sartre de "revelar", pero también de indagar "para quién escribe", sus contemporáneos, sus hermanos de "raza" o clase.
Literatura como evasión: propone el fenómeno literario como refugio, fuga de la realidad circundante. Las causas pueden ser múltiples: personales, sociales, políticas, etc. y algunos modos son: evasión en el tiempo, evasión en el espacio, la infancia y transformando a la literatura en actividad absorbente donde el escritor olvida el mundo y la vida real. Además, el lector puede acudir a la literatura como evasión.
Literatura como juego: el arte ha sido interpretado como "juego del espíritu" aunque en realidad es más complejo que el juego, mientras la creación de la segunda es momentánea, el arte aspira a permanecer.
Literatura como catarsis: este concepto aparece con Aristóteles, y lo utiliza en sentido amplio de "purificador de naturaleza psico-intelectual". Con el tiempo su sentido se extendió a toda expresión literaria, interpretando a la misma como una forma de liberación y purificación de sentimientos dolorosos y negativos, como una búsqueda de paz y armonía, tanto para el escritor, como para el lector.
La literatura, el arte por el arte: esta teoría propugna el desinterés absoluto del arte, niega toda utilidad a la obra literaria y sólo persigue como fin la belleza. Expresa al hombre en cuanto es hombre, y nos involucra a todos sin más calificación.