VIRUELA
NOMBRE CIENTÍFICO: Variola virus
FORMAS DE CONTAGIO
La viruela se transmitía por un contacto cercano con las llagas o las gotas emitidas por la respiración de una persona infectada. La ropa de cama o prendas de vestir contaminadas también podían transmitir la enfermedad. Un paciente seguía siendo foco infeccioso, hasta que la última costra se separaba de la piel.
FECHA DEL PRIMER CONTAGIO
Se cree que la Viruela se originó en la India o en Egipto hace 3.000 años. Las pruebas más tempranas de la enfermedad datan del Faraón Egipcio Ramsés V, quien murió en 1157 a.C. Sus restos momificados muestran marcas de viruela en su piel.
ACCIONES PREVENTIVAS
Pues es muy bueno tener una nutrición saludable y una higiene impecable. Pero una de las acciones preventivas mas eficaz es la vacuna. La inmunidad total o parcial después de recibir una vacuna contra la viruela puede durar hasta 10 años y hasta 20 años si te volviste a vacunar. Si se produjera un brote, las personas que se vacunaron de niños probablemente deberían hacerlo de nuevo después de la exposición directa a alguien con el virus.
SÍNTOMAS
Sus síntomas principales son Fiebre, sensación de cansancio, nauseas, dolor de cabeza, dolor de espalda, dolor de cabeza. Unos pocos días después, unas manchas rojas y planas aparecen en la cara, las manos y los antebrazos, y más tarde en el tronco. En el lapso de uno o dos días, muchas de estas lesiones se tornan pequeñas ampollas llenas de un líquido transparente que luego se convierte en pus. Las costras comienzan a formarse entre ocho y nueve días después, y tarde o temprano se caen y dejan cicatrices picadas, profundas, las lesiones también aparecen en la membrana mucosa de la nariz y de la boca y rápidamente se tornan en llagas que se abren.
FECHA DE LA AMPLIACIÓN DE LA VACUNA
En 1796, se realizó un descubrimiento clave, gracias a un experimento del doctor Inglés Eduard Jenner, que mostró que la inoculación de una variedad similar de la viruela, que está presente en las vacas, podría protegernos contra la enfermedad. El descubrimiento de Jenner fue clave para el posterior programa de vacunación, especialmente crucial ya que no hay ningún tratamiento efectivo para la viruela.