Para prevenir episodios de ciertos tipos de anemia, especialmente los que se deben a la carencia de hierro y vitaminas, se pueden llevar a cabo cambios en la alimentación o recurrir a los suplementos alimenticios.
Fatiga.
Falta de energía.
Debilidad.
Dificultad al respirar.
Mareos.
Palpitaciones.
Palidez.
Pérdida de sangre (hemorragia).
Falta de producción de glóbulos rojos.
Mayor velocidad de destrucción de los glóbulos rojos
Anemia ferropénica
Anemia por deficiencia de folato
Anemia por enfermedad crónica
Anemia por deficiencia de B12