von Dayana Barrios Vor 4 Jahren
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El Texto Oral Es aquel que se realiza con sonidos y pertenece a la lengua hablada. Muchas lenguas tienen textos orales y no tienen textos escritos. Por lo tanto se dice que los orales son primarios y los escritos secundarios. El canal de los textos orales es auditivo
Los deícticos señalan un lugar, un objeto, un tiempo o una persona que no se especifican en los textos orales, y funcionan como sustitutos de los conceptos o personas. Hacer el gesto de señalar una dirección y decir “allí” en el contexto se entenderá perfectamente, pero al reproducirse por escrito habrá que explicar qué era ese sitio denominado “allí”.
Otro ejemplo puede ser cuando decimos “mira el cuadro, este no me gusta pero aquel me parece extraordinario”. En este caso, “este” y “aquel” son deícticos.
Según la situación comunicativa, los textos orales se pueden clasificar en tres grandes tipos: la situación comunicacional singular, la dual y la plural.
Son los textos producidos para discursos políticos, una exposición magistral (conferencias, clases, etc.). Se dice que son singulares porque los expresa una sola persona.
Son aquellos textos que se producen entre dos interlocutores, como una charla entre dos amigos, una llamada telefónica o una entrevista (de trabajo, televisiva, etc.).
Son los textos generados en reuniones, como los debates en clase, las reuniones vecinales, los coloquios o las conversaciones entre tres o más personas.
Para cada una de ellas se necesitan habilidades específicas.
Los textos orales son básicos para desarrollar la interacción humana, y se producen casi siempre de forma espontánea. Al aprender a hablar, se aprende a producir textos orales, pues como unidad comunicativa constituyen la forma más competente de transmitir información.
Su canal de transmisión es el auditivo y, como contraposición al texto escrito, se apoya en la gestualidad y en un determinado uso de expresiones lingüísticas. Se consideran los textos orales como primarios, y los escritos como secundarios.
Es la variación en la sucesión de alturas o frecuencias al pronunciar las sílabas que componen las palabras que constituyen la oración, teniendo vinculación con el contenido que se quiere comunicar.
Se debe tener en cuenta que la expresión oral en determinadas circunstancias es más amplia que el habla, ya que requiere de elementos paralingüísticos para completar su significado final.
La morfosintaxis es el conjunto de elementos y reglas que permiten construir oraciones con sentido y carentes de ambigüedad mediante el marcaje de relaciones gramaticales, indexaciones y estructura jerárquica de constituyentes sintácticos.
Los investigadores en semántica llevan mucho tiempo intentando encontrar un sistema de clasificación que permita englobar clara y científicamente todos los cambios semánticos que se dan en las lenguas. Sin embargo, la complejidad de esta problemática hace casi imposible llegar a una sistematización, dada la extraordinaria heterogeneidad de causas y de tipos.
La expresión oral es el conjunto de técnicas que determinan las pautas generales que deben seguirse para comunicarse con efectividad, es decir, es la forma de expresar sin barreras lo que se piensa. La expresión oral sirve como instrumento para comunicar sobre procesos u objetos externos a él.
Cuando se producen los textos orales se hacen rápidamente, en respuesta a intervenciones de los demás interlocutores.
Esto permite que se corrijan unos a otros, o que uno termine la frase del interlocutor, pues la interacción es fundamental; y reafirma su carácter inmediato y espontáneo, así como lo efímero del habla. Por eso existe el dicho: “Las palabras se las lleva el viento”, porque no quedan fijadas para su recuerdo más que en la
memoria de quien nos escucha.