Evolución Conceptual de la Evaluación

El nacimiento de la verdadera evaluación educativa

La gran reforma Tyleriana antes de que llegara la revolución promovida por Ralph W. Tyler, en Francia se inicia en los años veinte.

(Pieron, 1968 y 1969; Bonboir, 1972), que supone un primer acercamiento a la verdadera evaluación

Como solución se proponía

elaboración de taxonomías para formular objetivos

diversificación de fuentes de información, exámenes, expedientes académicos, técnicas de repesca y tests.

unificación de criterios de corrección a partir del acuerdo entre los correctores de las pruebas.

revisión de los juicios de valoración mediante procedimientos tales como la doble corrección, o la media de distintos correctores.

Padre de la evaluación educativa

Es Tyler (Joint Committee, 1981), por ser el primero en dar una visión metódica de la misma, superando desde el conductismo, muy en boga en el momento, la mera evaluación psicológica.

Entre 1932 y 1940, en su famoso Eight-Year Study of Secondary Education para la Progressive Education Association, publicado dos años después (Smith y Tyler, 1942), plantea la necesidad de una evaluación científica que sirva para perfeccionar la calidad de la educación

La buena evaluación precisa de las siguientes condiciones

Propuesta clara de objetivos

Determinación de las situaciones en las que se deben manifestar las conductas esperadas.

Elección de instrumentos apropiados de evaluación.

Interpretación de los resultados de las pruebas.

Determinación de la fiabilidad y objetividad de las medidas educativa

La obra de síntesis la publica unos años después (Tyler, 1950), exponiendo de manera clara su idea de curriculum, e integrando en él su método sistemático de evaluación educativa

El currículum viene delimitado por las cuatro cuestiones

¿Qué objetivos se desean conseguir?

¿Con qué actividades se pueden alcanzar?

¿Cómo pueden organizarse eficazmente estas experiencias?

¿Cómo se puede comprobar si se alcanzan los objetivos

Para Tyler, la referencia central en la evaluación.

son los objetivos preestablecidos, que deben ser cuidadosamente definidos en términos de conducta (Mager, 1962).

teniendo en cuenta que deben marcar el desarrollo individual del alumno, pero dentro de un proceso socializador.

El objeto del proceso evaluativo

determinar el cambio ocurrido en los alumnos

su función es más amplia que el hacer explícito este cambio a los propios alumnos, padres y profesores

es también un medio para informar sobre la eficacia del programa educacional

también de educación continua del profesor.

Se trata, según Guba y Lincoln (1989), de la segunda generación de la evaluación.

La evaluación se define como

un proceso de recolección de información para emitir juicios de valor sobre los aprendizajes y retroalimentar el proceso, apoyando al alumnado y al personal docente en el logro de los objetivos educativos

La evaluación cumple un papel integral de apoyo en el proceso de transformación curricular, porque entrega de manera continua la información que se requiere para asegurar que el estudiantado este aprendiendo las competencias básicas que promueve el sistema educativo.

Se evalúa para:

Identificar logros y limitaciones y corregir estos oportunamente

Valorar las competencias o desempeño del alumnado

Emitir juicios de valor y tomar decisiones

Asegurar en el estudiante el aprendizaje de las competencias básicas que promueve el sistema educativo

Establecer la congruencia entre el enfoque curricular y las competencias para pensar y aplicar conocimiento

Orientar el proceso educativo y mejorar su calidad

Garantizar el éxito del proceso educativo

Estimar la efectividad de las técnicas, métodos y recursos didácticos utilizados en el proceso enseñanza aprendizaje.

Como puede verse, se trata de criterios en buena medida vigentes actualmente y, en algún caso, incluso avanzados.